La Reforma Eléctrica, una de las iniciativas más controvertidas del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, buscaba redefinir el futuro energético de México, devolviendo a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) un rol preponderante. Propuesta en 2021, la iniciativa desató una de las batallas legislativas más intensas de los últimos años, centrada en la Cámara de Diputados. El debate polarizó a la sociedad y a las fuerzas políticas, con el gobierno defendiendo la soberanía energética y la oposición alertando sobre riesgos económicos y ambientales. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se convirtió en el actor clave cuya decisión definiría el rumbo de la votación. Este artículo desglosa los puntos nodales de la propuesta de la 'amlo reforma electrica', narra la crónica del enfrentamiento en la 'camara de diputados reforma electrica', analiza la crucial postura del 'pri reforma electrica' y detalla el desenlace final de una reforma que, a pesar de ser rechazada, ha marcado un antes y un después en el sector eléctrico nacional.

El Origen de la Tormenta: ¿Qué Proponía la Reforma Eléctrica de AMLO?
La historia de la Reforma Eléctrica impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es la crónica de un intento por reestructurar de raíz el sector energético mexicano, un pilar fundamental de la economía y la seguridad nacional. Para comprender la magnitud de la propuesta y la intensidad del debate que generó, es indispensable retroceder a sus orígenes y desglosar sus componentes clave. La iniciativa, presentada formalmente el 30 de septiembre de 2021 ante la Cámara de Diputados, no era una simple modificación legal; representaba una enmienda a la totalidad del modelo establecido por la Reforma Energética de 2013, promulgada durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. [10] La propuesta de la amlo reforma electrica buscaba alterar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, el corazón normativo que rige la economía y la propiedad de los recursos en México. [16]
El eje central de la reforma era el fortalecimiento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la empresa estatal de energía. [13] El plan de AMLO proponía un cambio radical en el despacho de la energía eléctrica, es decir, el orden en que las centrales suben su producción a la red nacional. Bajo el esquema de 2013, la prioridad la tenía la energía más barata, lo que beneficiaba a las centrales privadas de energías renovables (eólica y solar) y de ciclo combinado. [35] La Reforma Eléctrica de AMLO invertía esta lógica: en primer lugar, se despacharía la energía de las hidroeléctricas de la CFE; en segundo, la de otras plantas de la CFE (nuclear, geotérmicas, termoeléctricas); en tercero, la energía eólica y solar de particulares; y finalmente, los ciclos combinados de empresas privadas. [4] Esta modificación era crucial, pues garantizaba que la CFE, independientemente de sus costos de producción, tendría siempre prioridad para vender su energía. Se argumentaba que la CFE asumiría la generación de al menos el 54% de la electricidad del país, dejando el 46% restante para los particulares. [9] Según la visión del gobierno, esta medida era indispensable para recuperar la soberanía energética, asegurar tarifas justas para la población y terminar con lo que consideraban un 'saqueo' por parte de empresas privadas que se beneficiaban de un marco legal 'injusto'. [10, 27]
Otro de los puntos más disruptivos de la iniciativa era la cancelación de los permisos de generación eléctrica y los contratos de compraventa de energía existentes, así como las solicitudes pendientes. [2] Esto generó una enorme incertidumbre en el sector privado, que había invertido miles de millones de dólares bajo las reglas de la reforma de 2013. Se estimaba que estaban en riesgo inversiones por hasta 44,000 millones de dólares. [27] Además, la reforma planteaba la eliminación de los Certificados de Energías Limpias (CELs) en su formato actual, un mecanismo diseñado para incentivar la producción de energía renovable. [11] Esto fue interpretado por los críticos como un duro golpe a la transición energética de México, favoreciendo la quema de combustóleo en las plantas más antiguas y contaminantes de la CFE. [25, 32] La propuesta también incluía la desaparición de los órganos reguladores autónomos del sector, como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), cuyas funciones serían absorbidas por la Secretaría de Energía (SENER). [2] El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), el árbitro del mercado eléctrico, pasaría a formar parte de la estructura de la CFE. [16] Esta concentración de poder fue una de las mayores alarmas para la oposición y los analistas, quienes argumentaban que se eliminaban los contrapesos y se creaba un conflicto de interés, al convertir al Estado en juez y parte del mercado eléctrico. [2]
Finalmente, un componente estratégico de la reforma eléctrica diputados era la nacionalización del litio. La iniciativa declaraba a este mineral como estratégico y reservaba su explotación exclusivamente para el Estado. [13, 16] Esta medida, aunque menos controvertida que los cambios al mercado eléctrico, se enmarcaba en la misma filosofía nacionalista de control estatal sobre los recursos energéticos. El gobierno de AMLO presentó esta reforma como un acto de justicia histórica y soberanía. Se buscaba, en sus palabras, revertir los efectos de una política neoliberal que había debilitado al Estado y encarecido la luz para los mexicanos. [38] Sin embargo, desde el momento en que se hizo pública, la iniciativa encontró un muro de críticas que la calificaban de regresiva, violatoria de la libre competencia, perjudicial para el medio ambiente y una amenaza para la certeza jurídica y las inversiones. El escenario estaba puesto para un enfrentamiento monumental en el poder legislativo, donde la camara de diputados reforma electrica se convertiría en el principal campo de batalla y el futuro de la energía en México pendía de un hilo. La postura de cada partido, y en especial la del pri reforma electrica, sería determinante para el resultado de esta contienda histórica que definiría el rumbo del país por las próximas décadas. El debate sobre la diputados reforma eléctrica apenas comenzaba, pero sus implicaciones ya resonaban en cada rincón de la vida política y económica de la nación.

La Batalla en San Lázaro: Choque de Visiones en la Cámara de Diputados
El Palacio Legislativo de San Lázaro, sede de la cámara de diputados reforma electrica, se convirtió en el epicentro de una de las disputas políticas más feroces y mediáticas de la historia reciente de México. La discusión de la Reforma Eléctrica de AMLO no fue un mero trámite parlamentario; fue un choque frontal entre dos visiones de país, una que abogaba por el control estatal y la soberanía energética, y otra que defendía el libre mercado, la competencia y las energías limpias. La propuesta, al requerir cambios constitucionales, necesitaba una mayoría calificada, es decir, el voto favorable de dos terceras partes de los diputados presentes, una cifra que Morena y sus aliados no poseían por sí solos. [2] Esto significaba que la aprobación de la amlo reforma electrica dependía, ineludiblemente, de la capacidad del gobierno para convencer a una parte de la oposición.
Todas las miradas se posaron sobre el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Durante meses, la postura del pri reforma electrica fue ambigua. Su líder, Alejandro Moreno, mantenía la puerta abierta a la negociación, generando tensiones dentro de la propia coalición opositora 'Va por México', que compartía con el PAN y el PRD. [15, 36] El PRI se encontraba en una encrucijada histórica: apoyar la reforma de López Obrador significaría traicionar el legado de la reforma de 2013 impulsada por su propio expresidente, Enrique Peña Nieto, pero oponerse podría acarrear un alto costo político frente a la narrativa presidencial que tildaba de 'traidores a la patria' a quienes no respaldaran el fortalecimiento de la CFE. El presidente López Obrador ejerció una presión constante, apelando directamente a los diputados reforma eléctrica del PRI para que se desmarcaran del 'salinismo' y retomaran una senda nacionalista. [38]
El proceso legislativo se calentó con la organización de un Parlamento Abierto que duró varias semanas, desde enero hasta fines de febrero de 2022. [29, 43] En este ejercicio, especialistas, empresarios, académicos y funcionarios públicos expusieron sus argumentos a favor y en contra. [29] Los defensores de la reforma, encabezados por la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, y el Director de la CFE, Manuel Bartlett, argumentaron que era necesaria para frenar el alza de precios y corregir un mercado 'leonino' que favorecía a los privados. [10] Por otro lado, sus detractores advirtieron sobre las consecuencias negativas: encarecimiento de la electricidad al despachar energía más cara, aumento de la contaminación por el uso de combustóleo, violaciones a tratados internacionales como el T-MEC, y la pérdida de miles de empleos e inversiones. [32, 25] La oposición, aglutinada en 'Va por México', sostenía que la iniciativa era un 'capricho presidencial' que llevaría a México a un monopolio energético ineficiente y contaminante. [32]
A medida que la fecha de la votación se acercaba, la tensión política escalaba. Las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Energía aprobaron el dictamen en una sesión ríspida el 11 de abril de 2022. [26] El debate en el pleno, inicialmente previsto para el 12 de abril, se pospuso para el domingo 17 de abril, una maniobra que según la oposición buscaba ganar tiempo y ejercer más presión. [33] La antesala de la votación fue de alta tensión. Los diputados de la oposición pernoctaron en la cámara de diputados reforma electrica para evitar que posibles bloqueos de manifestantes les impidieran el acceso y aseguraran el quórum. [1, 30] El día de la votación, el 17 de abril, el salón de plenos era un campo de batalla de consignas, pancartas y acusaciones cruzadas. [14] Gritos de '¡No pasará!' por parte de la oposición eran respondidos con '¡Traidores!' desde la bancada oficialista. [14]
El momento decisivo llegó cuando el pri reforma electrica finalmente oficializó su postura. Tras meses de especulación y negociaciones tras bambalinas, Alejandro Moreno anunció que su partido votaría categóricamente en contra. [15, 24] Esta decisión, anunciada pocos días antes del debate final, selló virtualmente el destino de la reforma. [8] El PRI argumentó que la propuesta era regresiva, nociva y un 'peligro para México' que atentaba contra la competitividad y el medio ambiente. [20, 24] El día del debate, los discursos de los diputados reforma eléctrica del PRI fueron contundentes, cerrando filas con el PAN y PRD para bloquear la iniciativa. La coalición opositora se mantuvo unida y resistió la presión del gobierno, presentando el rechazo a la reforma como una defensa de la constitución y del futuro del país. El sueño del presidente de lograr una de sus reformas estructurales más ambiciosas se enfrentaba a la dura realidad de la aritmética parlamentaria y a un bloque opositor que, por primera vez en el sexenio, lograba una victoria de esa magnitud.

El Rechazo y sus Repercusiones: El Día Después de la Reforma Eléctrica
La noche del domingo 17 de abril de 2022 quedó marcada en la historia legislativa de México. Tras casi 13 horas de un debate intenso y polarizado, la Reforma Eléctrica fue desechada en el pleno de la Cámara de Diputados. [1, 8] La votación final fue de 275 votos a favor, provenientes de Morena y sus aliados (PT y PVEM), y 222 en contra, de la coalición opositora 'Va por México' (PAN, PRI, PRD) y Movimiento Ciudadano. [1] La iniciativa no alcanzó la mayoría calificada de 334 votos que necesitaba para su aprobación constitucional. [8] La derrota de la amlo reforma electrica supuso el primer gran revés legislativo para el presidente López Obrador en lo que iba de su mandato y una victoria contundente para la oposición unida. [8] La celebración en las bancadas opositoras, que incluyó entonar el himno nacional, contrastó con la frustración del oficialismo, que inmediatamente calificó a los opositores de 'traidores a la patria' y 'vendepatrias'. [1, 41]
Las consecuencias del rechazo no se hicieron esperar. En el ámbito político, la votación consolidó un bloque opositor que demostró su capacidad para frenar las reformas constitucionales del presidente. El papel del pri reforma electrica fue central en este desenlace, y su negativa a apoyar la iniciativa reconfiguró las alianzas políticas en el país. [15] Sin embargo, el gobierno no se quedó de brazos cruzados. Casi de manera inmediata, el presidente López Obrador activó un 'Plan B'. Al día siguiente de la derrota en la camara de diputados reforma electrica, se discutió y aprobó una reforma a la Ley Minera para nacionalizar el litio, uno de los componentes de la reforma constitucional original, asegurando así el control estatal sobre este recurso estratégico, pero a través de una ley secundaria que no requería mayoría calificada. [1]
Económicamente, el rechazo fue recibido con alivio por los mercados e inversionistas privados, quienes veían en la propuesta una grave amenaza a la certeza jurídica y a sus inversiones de miles de millones de dólares en el sector energético mexicano. [6, 17] Calificadoras de riesgo, como HR Ratings, mejoraron la perspectiva de la calificación de México de 'negativa' a 'estable', citando el descarte de la reforma como un factor que eliminaba una potencial presión sobre las finanzas públicas y la inversión. [17] Se argumentaba que la aprobación habría provocado un aumento en los costos de la electricidad para la industria, afectando la competitividad de México y el costo final de los productos. [21] Además, evitó un conflicto mayor con sus principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá, bajo el marco del T-MEC, ya que la reforma era vista como violatoria de los principios de libre competencia y protección de inversiones del tratado. [6, 12]
A pesar de la derrota de la reforma constitucional, el gobierno continuó su esfuerzo por fortalecer a la CFE a través de cambios a leyes secundarias, como la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) de marzo de 2021. [4, 7] Esta ley, aunque suspendida en varias ocasiones por el poder judicial debido a amparos de empresas privadas, buscaba implementar por la vía regulatoria el mismo principio de dar prioridad de despacho a la CFE. [4, 25] La batalla por el modelo energético de México se trasladó entonces de la arena legislativa a la judicial, con una serie de litigios que aún hoy continúan definiendo el alcance de la participación privada en el sector. La discusión sobre el futuro energético de México está lejos de haber concluido. El debate entre los diputados reforma eléctrica dejó cicatrices profundas en el panorama político. Mientras un bando defiende la necesidad de un Estado fuerte que garantice la soberanía y precios justos, el otro aboga por un mercado abierto, competitivo y enfocado en energías limpias como el camino hacia el desarrollo. El rechazo de la Reforma Eléctrica de 2022 no fue el final de la historia, sino el final de un capítulo clave que sigue influyendo en las políticas públicas y las decisiones de inversión en uno de los sectores más estratégicos para el futuro de México. Para más información sobre el contexto internacional y tratados comerciales, se puede consultar el sitio de la Organización Mundial del Comercio.