Elecciones Presidenciales 2025 en Chile: Guía para Entender las Encuestas y el Escenario Actual

A medida que Chile avanza hacia las elecciones de 2025, el ambiente político se siente más complejo que nunca. En mis años de experiencia, he visto muchas contiendas, pero la actual carrera por suceder al presidente Gabriel Boric se define por una fragmentación única. Este artículo es una guía para navegar este panorama. Desglosaremos los sondeos de opinión más recientes de encuestadoras como Cadem y Criteria, pero más allá de los números, te explicaré qué significan realmente. Analizaremos a las figuras que lideran las preferencias, como Evelyn Matthei y José Antonio Kast, y a quienes buscan consolidarse desde el oficialismo, como Carolina Tohá y Jeannette Jara. Lo más importante es que conectaremos todo esto con los temas que de verdad le importan a la gente: seguridad, economía e inmigración. No se trata solo de quién va ganando, sino de entender los desafíos que enfrentará el próximo gobierno en un país que busca respuestas claras.

Palacio de La Moneda en Santiago, símbolo de las presidenciales hoy en Chile.

Tabla de Contenido

El Escenario Político y los Precandidatos que Definen la Carrera Presidencial

Llevo más de una década analizando la política chilena y pocas veces he visto un tablero tan movido y fascinante como el que tenemos de cara a las elecciones de noviembre de 2025. El país aún respira las consecuencias del estallido social, dos procesos constitucionales que no llegaron a puerto y una pandemia que lo cambió todo. Hoy, la gente no busca promesas vacías, busca soluciones a problemas que le quitan el sueño: la seguridad en sus barrios, la estabilidad de su bolsillo y una gestión migratoria que funcione. En este clima, las encuestas son más que números; son el reflejo de un electorado que está buscando un nuevo rumbo. Las primarias del oficialismo, pactadas para junio de 2025, serán el primer gran round. Allí veremos medirse a figuras del actual gobierno como Carolina Tohá (PPD) y Jeannette Jara (PC), junto a otros nombres como Gonzalo Winter (FA). El resultado de esa interna no solo definirá al candidato del progresismo, sino que marcará la estrategia para enfrentar a una derecha que, aunque dividida, se muestra fuerte en los sondeos iniciales.

En la vereda de enfrente, la carrera está dominada por dos liderazgos que representan almas distintas de la oposición. Por un lado, Evelyn Matthei, alcaldesa de Providencia (UDI), se ha mantenido firme en la delantera en la mayoría de las mediciones. Su perfil, más anclado en la derecha tradicional, conecta con un electorado que valora la experiencia en gestión y busca orden. Por otro lado, José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, representa una derecha más dura y ha consolidado una base de apoyo muy leal, llegando incluso a pisarle los talones a Matthei en algunos sondeos. Esta competencia interna en la derecha es, para mí, uno de los puntos más interesantes de este ciclo. ¿Lograrán unirse o su división abrirá una ventana para el oficialismo? A ellos se suman otros actores que, aunque con menos apoyo, podrían quitar votos decisivos. La gran pregunta que todos nos hacemos es quién logrará convencer a ese enorme bolsón de chilenos indecisos, un grupo que hoy mira la política con desconfianza pero que terminará definiendo la elección.

El Pulso de la Opinión Pública: Analizando los Primeros Sondeos

Para entender de verdad lo que está pasando, hay que mirar las encuestas con lupa. Firmas como Cadem, Criteria o Panel Ciudadano UDD nos entregan fotografías periódicas del sentir ciudadano. Lo que nos dicen hasta ahora es que la carrera está muy abierta. En un sondeo reciente, Matthei lideraba, pero Tohá mostraba un crecimiento interesante, consolidándose como una opción competitiva. Otro estudio mostraba un empate técnico entre Matthei y Kast, lo que demuestra lo volátil que está todo. Estos datos son oro para los comandos de campaña, pues les permiten ajustar sus mensajes y detectar dónde están sus fortalezas y debilidades. Por ejemplo, algunos análisis sugieren que Matthei tiene más llegada con mujeres y votantes moderados, mientras que Kast sorprende con un fuerte apoyo en grupos más jóvenes y de menores ingresos, rompiendo algunos moldes tradicionales. Sin embargo, el dato más revelador para mí es el alto porcentaje de indecisos, que en algunas encuestas roza el 40%. Ese es el verdadero campo de batalla. Quien logre conectar con ese voto escéptico y cansado, será probablemente el próximo presidente o presidenta de Chile.

No podemos hablar del escenario presidencial sin mencionar la influencia del gobierno de Gabriel Boric. Con una desaprobación que ha sido persistentemente alta, la candidata o candidato oficialista tendrá una tarea compleja. Por un lado, deberá defender logros de la gestión, como las 40 horas o el aumento del sueldo mínimo. Por otro, tendrá que marcar una distancia con los temas peor evaluados, especialmente en seguridad. Es un equilibrio difícil. Carolina Tohá, por ejemplo, puede mostrar su experiencia como Ministra del Interior, pero también carga con el desgaste de uno de los puestos más difíciles del gabinete. Jeannette Jara, desde el Ministerio del Trabajo, tiene logros concretos que mostrar, pero el desafío de ampliar su mensaje más allá de su nicho político. La oposición, por supuesto, intentará vincular al candidato oficialista con los problemas del presente. Por eso, gran parte de la campaña será una batalla de narrativas sobre el Chile de hoy. Y esa, créanme, es la primera gran elección que se debe ganar.

Gráfico ilustrativo mostrando los resultados de las encuestas presidenciales 2025 hoy.

Metodología y Claves para Interpretar las Encuestas

En plena temporada electoral, las encuestas se toman la conversación. Pero entre tantos números y gráficos, es fácil perderse. Como experto en opinión pública, quiero darte algunas herramientas sencillas para que puedas leerlas como un profesional y no te dejes llevar por titulares alarmistas. Lo primero es entender qué te están preguntando. No es lo mismo una pregunta 'espontánea' ('¿quién le gustaría que fuera presidente?'), que mide qué nombre se le viene a la gente a la cabeza, que una con 'lista cerrada' ('de estos nombres, ¿por cuál votaría?'), que se parece más a lo que harás en la urna. Muchas encuestas, como Cadem, le dan peso a la espontánea para medir la temperatura del momento. Luego, fíjate siempre en la 'ficha técnica', esa letra chica que es clave. ¿Cuánta gente encuestaron? ¿Fue por teléfono o cara a cara? Y lo más importante: el margen de error. Si una encuesta dice que un candidato tiene 17% con un margen de +/- 3%, en realidad su apoyo podría estar entre 14% y 20%. Esto es crucial, porque lo que parece una ventaja clara puede ser un simple empate técnico.

Ahora, hablemos de la famosa 'cocina' de las encuestas. Suena a algo oscuro, pero es un proceso estadístico necesario. Las encuestadoras ajustan los datos 'crudos' para que la muestra se parezca lo más posible al padrón electoral real en términos de edad, género, región, etc. También intentan filtrar a los 'votantes probables', porque no todos los que responden una encuesta irán a votar. En un país con voto obligatorio pero participación variable, este ajuste es fundamental. ¿Es perfecto? No, y siempre hay debate sobre si puede generar sesgos. Pero sin este ajuste, los resultados serían menos precisos. Mi consejo como analista es que no te obsesiones con una sola encuesta. Es mejor mirar 'la película completa': la tendencia a lo largo de varias semanas. Si un candidato sube o baja de forma sostenida en diferentes mediciones, esa es una señal mucho más potente que un dato aislado.

Los Factores Ocultos que Mueven los Números

Una candidatura es mucho más que su porcentaje de intención de voto. Las encuestas miden otros indicadores que, a mi juicio, son tanto o más importantes. Uno es el balance entre 'aprobación' y 'desaprobación'. Un candidato puede tener un buen número, pero si también tiene un rechazo muy alto, su 'techo' de crecimiento es bajo. Esto es vital pensando en una segunda vuelta, donde se necesita atraer a los votantes de los que quedaron fuera. Por eso, fíjate en los escenarios de balotaje que presentan las encuestas; nos dan pistas sobre quién tiene más capacidad de sumar apoyos. Otro factor son los atributos de imagen: ¿quién es visto como más 'honesto', 'preparado' o 'con autoridad'? En un momento donde la gente pide mano firme contra la delincuencia, el atributo de 'autoridad' puede valer oro. En cambio, en un clima de desafección, la 'cercanía' puede marcar la diferencia. Estos datos nos ayudan a entender las fortalezas y debilidades de fondo de cada figura, más allá del número del día.

Finalmente, para tener un panorama completo, es imposible ignorar el rol de las redes sociales. Hoy, la opinión pública se construye tanto en TikTok, X o Instagram como en los medios tradicionales. La capacidad de un candidato para generar conversación en el mundo digital, para conectar con una comunidad online y para manejar crisis virales es una habilidad política nueva y esencial. Las encuestas reflejan esto de manera indirecta: un candidato que logra instalar un tema en la agenda digital, a menudo ve un repunte en los sondeos. Se crea un círculo vicioso: los resultados de las encuestas se comentan en redes, lo que a su vez influye en la percepción de quién va ganando. Por eso, mi recomendación es complementar la lectura de encuestas con una mirada atenta a lo que se discute en el ecosistema digital. Muchas veces, ahí se anticipan los cambios de humor que las encuestas formalizan en cifras semanas después.

Ciudadanos chilenos ejerciendo su derecho al voto en una urna, clave para las presidenciales 2025.

Temas Clave que Moldearán el Voto

La elección de 2025 no se jugará en el aire, sino en un campo de batalla muy concreto, definido por las preocupaciones más profundas de la ciudadanía. He visto a lo largo de mi carrera cómo ciertos temas pueden definir por completo una elección, y esta no será la excepción. El tema número uno, sin ninguna duda, es la seguridad pública. La sensación de inseguridad, el temor a la delincuencia y la irrupción del crimen organizado han instalado una demanda transversal por orden y mano dura. Los candidatos de derecha, como Evelyn Matthei y José Antonio Kast, han hecho de la seguridad su principal bandera, y ese mensaje resuena fuerte. Para el oficialismo, el desafío es enorme: debe proponer soluciones creíbles sin que se perciban como una simple continuación de una gestión muy criticada en esta área. Cuando las encuestas preguntan qué candidato está mejor preparado para combatir la delincuencia, la respuesta suele ser un excelente predictor del voto. Las propuestas sobre reforma policial, control de fronteras y política carcelaria serán analizadas con lupa por gente que solo quiere volver a caminar tranquila por la calle.

En segundo lugar, pero pisándole los talones a la seguridad, está la economía. Aunque la inflación ha cedido, la sensación en la mesa de cada familia sigue siendo de dificultad. El costo de la vida, el poder llegar a fin de mes, la calidad del empleo y la falta de oportunidades son conversaciones cotidianas. Aquí, la disputa ideológica es más clara. Desde la derecha, el discurso se centrará en bajar impuestos y fomentar la inversión privada para generar crecimiento. Desde el oficialismo, se defenderá un Estado más presente, con foco en derechos sociales y una reforma de pensiones que fortalezca la solidaridad. Históricamente, la derecha ha sido percibida como más capaz en la gestión económica, pero el anhelo de un desarrollo más justo ha ganado mucho terreno. El candidato que logre articular un relato que combine crecimiento con seguridad económica para las familias, tendrá una ventaja enorme. La batalla por ser visto como el más confiable para cuidar el bolsillo de los chilenos será feroz.

Inmigración y Cohesión Social: Un Debate Ineludible

Un tercer tema que se ha tomado la agenda y que será central en el debate es la inmigración. El aumento del flujo migratorio ha generado tensiones y ha puesto a prueba la capacidad del Estado para gestionarlo. La discusión es compleja y abarca desde el control de fronteras hasta la integración social. Este es un terreno fértil para discursos más duros, que a menudo vinculan inmigración y delincuencia, como ha hecho José Antonio Kast. Las encuestas muestran que una parte importante de la población pide políticas más estrictas. El reto para los candidatos más moderados será proponer una política que respete los derechos humanos pero que, al mismo tiempo, dé respuestas a las preocupaciones de la gente. Cualquier propuesta será polémica. Para mí, la forma en que los candidatos aborden este tema será una prueba de fuego sobre su capacidad para promover la cohesión social en vez de profundizar las divisiones. Para quienes deseen profundizar en la realidad del país, recomiendo consultar análisis de investigación como los de CIPER Chile, que son una fuente invaluable de información.

Finalmente, aunque parezca dormido por las urgencias del día a día, el debate constitucional sigue ahí, latente. Después de dos intentos fallidos, hay una fatiga evidente, pero la conciencia de que muchos problemas de fondo siguen sin solución también está presente. Los candidatos deberán ser claros: ¿damos por cerrado este capítulo o es necesario un nuevo pacto social en el futuro? Aunque las encuestas muestren que no es la prioridad número uno, la postura de cada candidato sobre este tema definirá su visión de país a largo plazo. La derecha probablemente dirá que es hora de gobernar y dejar las grandes reformas para después. La izquierda deberá decidir si insiste en la necesidad de una nueva Constitución, arriesgándose a parecer desconectada de las prioridades de la gente. Aunque no defina la elección para la mayoría, para un segmento clave del electorado, el liderazgo que se muestre para sanar esta fractura de la sociedad chilena podría ser el factor decisivo en una contienda que se anticipa incierta hasta el final.