Diego Barroetaveña: Retrato del Juez que Tiene en Vilo al Poder en Argentina

Pocos nombres en la justicia argentina pesan tanto como el de Diego Barroetaveña. Desde su silla en la Cámara Federal de Casación Penal, ha tenido el poder de redefinir el mapa político del país con sus fallos. En este artículo, vamos más allá del expediente para descubrir al hombre detrás del martillo. Exploraremos su ascenso desde los tribunales de provincia hasta el epicentro del poder en Comodoro Py, analizaremos con lupa sus decisiones en causas de alto impacto como 'Vialidad', 'Hotesur' y el 'Memorándum con Irán', y descifraremos el perfil de un magistrado que muchos intentan etiquetar. Esta es la historia de un juez que, para bien o para mal, se ha convertido en un protagonista ineludible de la Argentina contemporánea.

El Juez Diego Barroetaveña, integrante de la Cámara Federal de Casación Penal, en su despacho.

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Un Camino Forjado entre la Provincia y la Nación

Para entender la figura de Diego Barroetaveña, no basta con leer sus sentencias; hay que recorrer el camino que lo llevó a firmarlas. Su historia es un ascenso constante, forjado lejos de los reflectores de Comodoro Py, en la justicia de la provincia de Buenos Aires. Graduado de la UBA en 1988, sus primeros pasos los dio en el fuero penal de San Isidro, un lugar que conozco bien. Allí, pasó por una defensoría de pobres y ausentes, una experiencia que, créanme, te da una visión de la justicia desde abajo, desde la trinchera, algo que marca a cualquier futuro juez.

Su nombre comenzó a sonar con fuerza en 1998, cuando asumió como Juez de Garantías. Recuerdo perfectamente la atención mediática que generó su intervención en el caso del asesinato de María Marta García Belsunce. En un ambiente de enorme presión, Barroetaveña se plantó firme en la protección de las garantías procesales, una postura que le valió tanto críticas como elogios y que, en retrospectiva, ya delineaba su perfil. No era un juez que se dejara llevar por el clamor popular; su brújula eran los códigos y la Constitución.

El salto a la justicia federal en 2005 lo trajo a la Capital, como Juez de un Tribunal Oral. Aquí es donde su carrera tomó otra dimensión. Le tocó presidir juicios de una complejidad enorme, desde crímenes de lesa humanidad hasta el caso del asesinato de Mariano Ferreyra, que terminó con la condena del poderoso sindicalista José Pedraza. Estas experiencias le dieron una maestría en el manejo de casos con alto voltaje político y social, preparándolo para el desafío definitivo.

Ese desafío llegó en 2018 con su designación en la Cámara Federal de Casación Penal, el máximo tribunal penal del país, solo por debajo de la Corte Suprema. Llegar a Casación es como llegar a la cima del Everest para un juez penal. Desde esa posición, se revisa la legalidad de casi todas las causas federales importantes: corrupción, narcotráfico, terrorismo. Su llegada a la Sala I, una de las más influyentes, lo posicionó como uno de los hombres clave del Poder Judicial. Además, su rol como representante de los jueces en el Consejo de la Magistratura le dio una voz protagónica no solo en los fallos, sino en la configuración misma de la justicia. Así, Diego Barroetaveña dejó de ser solo un nombre en un expediente para convertirse en un actor central del poder en Argentina.

Retrato del juez Diego Barroetaveña, figura clave en el Poder Judicial argentino.

Los Fallos que Sacudieron el Tablero Político

La influencia real de un juez se mide en sus sentencias, y las de Diego Barroetaveña en Casación han sido verdaderos terremotos judiciales. Sus decisiones en causas que involucran a la cúpula del poder kirchnerista definieron, en gran medida, la agenda política de los últimos años.

La Causa Vialidad: Una Condena con Matices

El fallo más resonante fue, sin duda, la confirmación de la condena a Cristina Fernández de Kirchner en la 'Causa Vialidad'. Junto al juez Mariano Borinsky, Barroetaveña ratificó los seis años de prisión por administración fraudulenta. En mi experiencia, pocas decisiones judiciales han tenido un impacto simbólico tan grande: era la primera vez que una vicepresidenta en ejercicio veía confirmada una condena por corrupción. El país se detuvo para leer ese fallo.

Pero el diablo, como siempre, está en los detalles. La decisión más interesante fue rechazar la figura de 'asociación ilícita'. Mientras un tercer juez votó por aplicarla, Barroetaveña y Borinsky la descartaron. ¿Qué significa esto en lenguaje llano? Que confirmaron que hubo un manejo perjudicial de los fondos públicos, pero no dieron por probada la existencia de una 'banda' organizada desde el Estado para delinquir. Fue una decisión técnica, quirúrgica, que si bien condenaba, evitaba la calificación más dura y políticamente más explosiva. Un claro ejemplo de su estilo.

Hotesur y Memorándum con Irán: La Orden de Volver a Juicio

Otra de sus intervenciones más recordadas se produjo en 2023. De un solo plumazo, y junto a su colega Daniel Petrone, reabrió dos causas que parecían cerradas para siempre: 'Hotesur-Los Sauces' (por presunto lavado de dinero) y 'Memorándum con Irán' (por supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA). Ambos casos habían sido cerrados con sobreseimientos antes de llegar a juicio oral.

El mensaje de Barroetaveña fue contundente y se puede resumir así: 'Estos temas son demasiado serios para definirse en un despacho; deben ventilarse en un juicio oral y público'. Calificó de 'arbitrarias' y 'prematuras' las decisiones de los tribunales inferiores, argumentando que se habían arrogado facultades que no tenían. Básicamente, les dijo que no se puede cerrar un caso de esta magnitud sin permitir que la fiscalía presente sus pruebas y la defensa las refute ante un tribunal. Esta doble decisión fue un golpe durísimo para las defensas y reinstaló dos de las acusaciones más graves contra el kirchnerismo en el centro de la escena, reafirmando un principio clave: la verdad, en democracia, se busca de cara a la sociedad.

Una imagen conceptual que representa al Juez Barroetaveña y los expedientes de casos relevantes como Vialidad y Hotesur.

El Estilo Barroetaveña: ¿Técnico, Garantista o Político?

Intentar etiquetar a un juez como Diego Barroetaveña es una tarea inútil. Quienes lo sitúan simplemente como un juez 'anti-K' por su pertenencia a la Lista Bordó, crítica del kirchnerismo, se pierden la complejidad de su perfil. Para entenderlo, hay que analizar su método.

He seguido su carrera desde sus días en San Isidro, y allí mostraba una faceta 'garantista', muy apegada a los derechos del imputado, incluso a contramano de la opinión pública. Sin embargo, en sus fallos en causas de corrupción o en el caso Ferreyra, ha demostrado una firmeza innegable a la hora de condenar. Entonces, ¿en qué quedamos? La clave, a mi entender, está en su profundo enfoque procesal. Barroetaveña es un obsesivo de las formas, de los procedimientos. Sus decisiones más polémicas, como la reapertura de 'Hotesur' y 'Memorándum con Irán', no se basaron en una opinión sobre la culpabilidad de los acusados, sino en un principio técnico: el juicio oral es la etapa sagrada del proceso penal y no puede ser eludida a la ligera.

Un Juez en el Ojo de la Tormenta

Es imposible analizar a Barroetaveña sin mencionar el clima de 'lawfare' y polarización extrema que vive Argentina. Cada uno de sus fallos es celebrado como un acto de justicia por un sector y denunciado como persecución política por el otro. La propia Cristina Kirchner lo ha señalado públicamente. Él mismo ha reconocido esta presión, admitiendo que la política a veces 'toma' por asalto las instituciones judiciales.

En última instancia, Diego Barroetaveña representa al juez técnico que, por el peso de su cargo y la historia reciente, se ha convertido en un actor político central. Su legado no dependerá de si sus fallos gustaron a un gobierno o a otro, sino de su solidez jurídica y su capacidad para resistir el escrutinio del tiempo y de la Corte Suprema. Lo que es innegable es que, a través de sus sentencias, este magistrado no solo ha decidido destinos individuales, sino que ha participado activamente en la conversación sobre los límites del poder y la rendición de cuentas en Argentina. Su figura, por ello, seguirá siendo un termómetro de la salud de nuestra República. Para quienes deseen conocer más sobre el tribunal donde ejerce, la web del Centro de Información Judicial (CIJ) es un excelente recurso oficial.