Sebastián Casanello es una figura central y a menudo controvertida en el sistema judicial argentino. Desde su nombramiento como Juez Federal en 2012, ha estado al frente de algunas de las causas de corrupción más emblemáticas y de mayor impacto político de la última década. [1] Su nombre se asocia inevitablemente a la investigación conocida como la 'Ruta del Dinero K', que llevó a la condena del empresario Lázaro Báez. [15] Sin embargo, su actuación ha sido objeto de intensos debates y críticas desde diversos sectores. Para algunos, el juez Casanello es un magistrado que, con perfil bajo y rigor técnico, ha logrado avances significativos en la lucha contra el crimen organizado. Para otros, su accionar ha sido lento y funcional a intereses políticos, llegando a ser tildado de 'juez Casanello kirchnerista'. Este artículo se sumerge en la trayectoria del juez Sebastián Casanello, desglosando su perfil, analizando en detalle las causas que marcaron su carrera, las acusaciones de parcialidad y los momentos clave que definieron su controvertida figura en el epicentro del poder judicial argentino, un poder tan cuestionado como necesario para la República.

Juez Sebastián Casanello: Perfil y Ascenso en Comodoro Py
Entender la figura del Juez Casanello implica remontarse a sus orígenes y a su formación, elementos que forjaron el carácter de uno de los magistrados más influyentes y, a la vez, más cuestionados de los tribunales de Comodoro Py. Nacido el 14 de diciembre de 1974 en Buenos Aires, Sebastián Norberto Casanello creció en un ambiente ligado al derecho, siendo hijo de abogados. [3] Cursó sus estudios secundarios en el prestigioso Colegio Nacional de Buenos Aires y, posteriormente, se graduó con diploma de honor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) a los 24 años, una muestra temprana de su capacidad y dedicación académica. [1, 3] Su curiosidad intelectual no se detuvo allí, ya que también cursó materias de la carrera de Sociología, una disciplina que le aportaría una perspectiva más amplia sobre las dinámicas sociales y la organización judicial, un conocimiento que más tarde aplicaría en su rol docente. [1, 8]
Su carrera en el Poder Judicial comenzó desde muy joven, a los 19 años, como meritorio, escalando posiciones desde lo más bajo de la estructura. [3] Esta experiencia le permitió conocer desde adentro el funcionamiento del fuero penal, transitando por diversas fiscalías y secretarías. Un hito en su carrera fue su paso por la Fiscalía Federal N° 6, donde trabajó bajo la tutela del fiscal Federico Delgado y del entonces fiscal Eduardo Freiler, quien luego sería camarista y una figura influyente en su trayectoria. [2] Esta etapa fue fundamental para moldear su perfil como investigador. Años más tarde, en noviembre de 2004, accedió al cargo de secretario de la Sala I de la Cámara Federal, consolidando su experiencia en la segunda instancia judicial. [8]
El salto definitivo en su carrera llegó en 2012. Tras un concurso en el que obtuvo una calificación destacada, su pliego fue elegido por el Poder Ejecutivo, entonces a cargo de Cristina Fernández de Kirchner, y aprobado por el Senado. [8] Así, con tan solo 37 años, Sebastián Casanello juró como titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 7, convirtiéndose en el juez más joven de los tribunales federales de Retiro. [1] Su llegada a un juzgado de tal relevancia, que anteriormente fue subrogado por el polémico Norberto Oyarbide, generó altas expectativas y también los primeros recelos. Desde el inicio, el juez Casanello se caracterizó por un perfil bajo, alejado de las estridencias mediáticas de otros de sus colegas, prefiriendo que sus sentencias hablaran por él. Sin embargo, la naturaleza de las causas que le tocarían por sorteo lo catapultarían inevitablemente al centro de la escena pública.
Una de las primeras causas de alto perfil que debió manejar fue la de las escuchas ilegales que involucraba al entonces Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. [2] Macri había sido procesado por Oyarbide, pero fue finalmente el casanello juez quien, tras reabrir la instrucción para producir más pruebas, dictaminó su sobreseimiento en diciembre de 2015, a pocos días de su asunción como Presidente, argumentando la "ausencia de prueba de cargo". [19, 22] Esta decisión, si bien fundamentada, generó críticas desde el kirchnerismo y fue una de las primeras en las que su labor fue examinada con lupa por la opinión pública. Su carrera docente también es un pilar importante de su perfil; desde 2011 es profesor en la Escuela Judicial del Consejo de la Magistratura, impartiendo materias como “Sociología de la organización judicial”, lo que demuestra su interés continuo por la reflexión académica sobre el sistema que integra. [1] Este trasfondo académico y su larga trayectoria en los pasillos de tribunales conforman el complejo perfil de Juez Sebastián Casanello, un magistrado que desde el Juzgado Federal N° 7 se enfrentaría a investigaciones que pondrían a prueba no solo su capacidad técnica, sino también su independencia y su temple frente a las enormes presiones del poder político y económico. La percepción pública sobre su figura comenzaría a polarizarse a medida que avanzaba en expedientes de corrupción que salpicaban al poder de turno y al anterior, convirtiéndolo en un actor ineludible del ajedrez político-judicial argentino y alimentando el debate sobre si era un juez casanello kirchnerista o un magistrado independiente.
El estilo de trabajo del juez Casanello ha sido descrito por quienes lo conocen como metódico y meticuloso. A diferencia de otros jueces federales que a menudo se apoyan fuertemente en la espectacularidad de los operativos y las declaraciones mediáticas, Casanello ha optado por un enfoque más reservado, centrado en la construcción paciente del expediente. Esta aproximación, sin embargo, le ha valido una de las críticas más recurrentes: la lentitud. Sus detractores, especialmente en los momentos más álgidos de las causas por corrupción, lo apodaron 'la tortuga', sugiriendo que sus demoras eran funcionales a los intereses de los imputados. [31] El propio juez ha respondido a estas críticas argumentando que los tiempos procesales y la necesidad de recolectar pruebas sólidas no siempre se alinean con la ansiedad mediática o política. [32] Defiende que avanzar sin pruebas contundentes solo lleva a resoluciones débiles que luego son revocadas en instancias superiores, debilitando la causa final. Esta tensión entre la celeridad que exige la sociedad y la rigurosidad que demanda el derecho procesal penal es una constante en su judicatura.
Desde su designación, se especuló mucho sobre sus supuestos vínculos políticos. Algunos medios y opositores al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner señalaron supuestos lazos con La Cámpora y con figuras como el entonces titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y la Procuradora General, Alejandra Gils Carbó. [3, 28] Estas acusaciones, que él ha negado sistemáticamente, buscaron instalar la idea de un juez casanello kirchnerista, puesto en un lugar estratégico para garantizar impunidad. [32] Él, por su parte, ha sostenido que su carrera de más de dos décadas en la justicia y su designación por concurso son sus verdaderos avales. [32] Paradójicamente, a lo largo de los años, también ha recibido duras críticas desde el propio kirchnerismo, especialmente cuando sus resoluciones afectaban a exfuncionarios o cuando avanzaba en causas que consideraban parte de una persecución judicial o 'lawfare'. Esta dualidad de críticas provenientes de ambos lados de la grieta política es interpretada por sus defensores como una señal de independencia. Argumentan que un juez que incomoda a todos los poderes por igual es, probablemente, un juez que está haciendo bien su trabajo. Sin embargo, para sus críticos más acérrimos, esta ambivalencia es vista como una estrategia para navegar las turbulentas aguas de la política argentina, adaptando sus decisiones al clima de época.
El Juzgado Federal N° 7, bajo la conducción del casanello juez, se convirtió en un epicentro de causas sensibles. Además de los casos de corrupción, ha intervenido en investigaciones sobre crímenes ambientales, como los derrames de la minera Barrick Gold en San Juan, aunque la Corte Suprema finalmente declaró la competencia de la justicia provincial. [1] También tuvo a su cargo la trágica causa de la fiesta electrónica Time Warp, donde cinco jóvenes murieron por consumo de drogas sintéticas. [1] En ese caso, procesó a empresarios y a funcionarios del Gobierno de la Ciudad, demostrando que su accionar no se limitaba a la corrupción política. Sin embargo, fue apartado del caso antes de su elevación a juicio. La gestión del juez Sebastián Casanello en estas diversas causas dibuja el retrato de un magistrado que no le ha rehuido a los expedientes complejos y de alto impacto público, aunque sus métodos y decisiones sigan generando un profundo debate sobre su verdadero rol en el sistema de justicia. Y es que la figura del juez Casanello se ha construido sobre estas paradojas: un hombre de bajo perfil mediático pero protagonista de las causas más resonantes; un jurista de sólida formación académica acusado de lentitud procesal; y un magistrado nominado durante un gobierno, pero cuyas decisiones han impactado tanto a ese espacio político como a sus opositores, manteniendo viva la pregunta sobre la naturaleza de su judicatura.
Subtítulo Adicional: Metodología y Entorno de Trabajo
El entorno de trabajo en los tribunales federales de Comodoro Py es, en sí mismo, un factor de presión. Se trata de un ecosistema cerrado, con códigos propios y una fuerte influencia política. Navegar en este ambiente requiere no solo conocimiento jurídico, sino también una gran dosis de muñeca política y resiliencia. El juez Sebastián Casanello ha demostrado, a lo largo de los años, una notable capacidad para resistir embates de todo tipo, desde pedidos de juicio político hasta operaciones mediáticas y denuncias falsas. [28, 33] Un episodio revelador fue cuando dos testigos, que habían declarado falsamente haberlo visto en la Quinta de Olivos supuestamente pactando impunidad con Cristina Kirchner, admitieron haber mentido y fueron condenados por falso testimonio. [33, 36] Este hecho, aunque vindicatorio para el juez, expuso la virulencia de las operaciones que se pueden montar para desprestigiar a un magistrado que lleva causas sensibles. La metodología del juez Casanello parece ser la de atrincherarse en el expediente, utilizando el lenguaje técnico y los procedimientos formales como un escudo protector. Su equipo de trabajo en el Juzgado Federal N° 7 es conocido por su hermetismo y su lealtad al magistrado, creando una suerte de unidad blindada frente a las influencias externas. Este método de trabajo, si bien criticado por su falta de agilidad, es defendido por Casanello como la única forma de garantizar la objetividad y la legalidad de sus actuaciones en un contexto donde cada movimiento es interpretado en clave política. La figura del casanello juez se define tanto por sus fallos como por su capacidad de supervivencia en el complejo y hostil terreno de la justicia federal argentina.

La 'Ruta del Dinero K': El Expediente que Marcó al Juez Casanello
Si hay una causa que define la carrera y la percepción pública del Juez Casanello, esa es, sin lugar a dudas, la conocida mediáticamente como 'La Ruta del Dinero K'. Este monumental expediente, que investigó una compleja trama de lavado de activos, no solo lo puso en el centro de la escena nacional, sino que también se convirtió en el principal campo de batalla donde se libraron las acusaciones que lo tildaban de juez casanello kirchnerista. La causa se inició en abril de 2013, a raíz de una serie de denuncias periodísticas que exponían una supuesta red de evasión y blanqueo de capitales liderada por el empresario Lázaro Báez, estrechamente vinculado al kirchnerismo. [15, 24] El caso recayó en el Juzgado Federal N° 7, que el casanello juez ocupaba hacía apenas seis meses. [2, 37]
Desde el primer momento, la investigación se topó con enormes dificultades y presiones. La complejidad de la ingeniería financiera, que involucraba empresas fantasma, cuentas en paraísos fiscales como Suiza y una red de testaferros, exigía un trabajo de investigación minucioso. Durante los primeros años, el avance de la causa fue lento, lo que alimentó las críticas sobre una supuesta inacción deliberada por parte del juez Sebastián Casanello para proteger a funcionarios del gobierno de entonces. La oposición política y diversos medios de comunicación acusaron al magistrado de 'planchar' el expediente. Sin embargo, un punto de inflexión llegó en marzo de 2016, con la difusión de un video que mostraba a Martín Báez, hijo de Lázaro, y a otros implicados contando millones de dólares en la financiera SGI, conocida como 'La Rosadita'. [31] Esta prueba, de un impacto mediático demoledor, fue el catalizador que aceleró los tiempos procesales. El propio juez reconoció que la contundencia de esas imágenes cambió el escenario probatorio. [31]
Poco después, en abril de 2016, el juez Casanello ordenó la detención de Lázaro Báez, una de las decisiones más espectaculares y trascendentes de su carrera. [2] La imagen del empresario, hasta entonces intocable, siendo arrestado en el aeropuerto de San Fernando marcó un antes y un después en la causa y en la política argentina. A partir de allí, el juez avanzó con los procesamientos. En agosto de 2017, procesó a Báez y a otras 26 personas, incluidos sus cuatro hijos, por integrar una banda dedicada al lavado de dinero agravado, trabando embargos millonarios. [18, 21] En esta resolución, Casanello vinculó por primera vez de manera explícita el dinero lavado con los fondos provenientes de la defraudación al Estado a través de la asignación irregular de obra pública, una causa que tramitaba en el juzgado de Julián Ercolini. [21] Esta conexión fue crucial, ya que establecía el 'delito precedente' que explicaba el origen de los fondos ilícitos. Finalmente, la causa fue elevada a juicio oral y, en febrero de 2021, el Tribunal Oral Federal N° 4 condenó a Lázaro Báez a 12 años de prisión (pena luego reducida a 10 años por Casación) por el lavado de unos 55 millones de dólares. [1, 15]
La Controversia en Torno a Cristina Fernández de Kirchner
La figura de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner sobrevoló toda la investigación de 'La Ruta del Dinero K'. Las querellas, como la Oficina Anticorrupción (OA) y la Unidad de Información Financiera (UIF) durante el gobierno de Macri, y el fiscal Guillermo Marijuan, siempre sostuvieron que Báez era un mero testaferro de la familia Kirchner y que la expresidenta era la verdadera beneficiaria y jefa de la estructura criminal. Durante años, presionaron al juez Casanello para que la citara a declaración indagatoria. La Cámara Federal, en varias ocasiones, le ordenó al juez que definiera su situación procesal. [16] La defensa de Casanello ante estas presiones era argumental: sostenía que no se podían investigar dos asociaciones ilícitas paralelas (una por la obra pública en el juzgado de Ercolini y otra por el lavado en su juzgado) con los mismos integrantes, y que no contaba con pruebas directas que vincularan a la exmandataria con la maniobra de lavado específica que él investigaba. [16] Esta postura fue el principal argumento de quienes lo acusaban de ser un juez casanello kirchnerista, alegando que su negativa a indagarla era una forma de encubrimiento.
El desenlace de esta trama llegó en junio de 2023. El fiscal Marijuan, el mismo que había impulsado la imputación durante años, solicitó el sobreseimiento de Cristina Kirchner, argumentando que tras una década de investigación no había logrado reunir las pruebas suficientes para acusarla formalmente por el delito de lavado en esa causa. [4, 5] La UIF y la AFIP, ya bajo el gobierno de Alberto Fernández, adhirieron al pedido. [7] Ante este escenario, con el titular de la acción penal (el fiscal) y las querellas estatales retirando la acusación, el juez Casanello dictó el sobreseimiento de la expresidenta. En su fallo, explicó que sin acusación no hay proceso penal posible y que la tarea del juez se ve acotada, ya que no puede asumir el rol de acusador. [4, 7, 14, 30] Esta decisión, aunque jurídicamente fundada en el principio acusatorio, generó una enorme controversia política. La oposición la calificó como el corolario de un pacto de impunidad, mientras que el kirchnerismo la celebró como la prueba de que la causa había sido una operación de 'lawfare'. Una ONG ligada al PRO, Bases Republicanas, intentó mantener la acusación en solitario, pero la causa quedó en un estado procesal complejo. [5, 10] Posteriormente, la Cámara Federal revocó ese sobreseimiento y ordenó seguir investigando, lo que llevó al casanello juez a ordenar nuevas medidas de prueba, como un peritaje contable para determinar la trazabilidad del dinero, una investigación que sigue abierta. [10, 11]
Otras Causas Relevantes y la Causa de los Alimentos
La labor del juez Sebastián Casanello no se agota en la 'Ruta del Dinero K'. A lo largo de su década en Comodoro Py, ha intervenido en otros casos de gran relevancia. Uno de los más recientes y de mayor impacto durante el gobierno de Javier Milei es la causa por los alimentos retenidos por el Ministerio de Capital Humano. [6, 17] A raíz de una denuncia del dirigente social Juan Grabois, Casanello investigó el presunto incumplimiento de los deberes de funcionario público por el acopio de miles de toneladas de alimentos en depósitos estatales sin ser distribuidos a comedores. [6, 12] En una serie de fallos de alto voltaje político, el juez Casanello intimó al gobierno a presentar un plan de distribución inmediata de la mercadería, una decisión que fue confirmada por la Cámara Federal. [35, 39] Esta intervención directa en una política pública del gobierno libertario le valió duras críticas desde el oficialismo, que lo acusó de intromisión en la esfera del Poder Ejecutivo y de actuar en connivencia con la oposición. [6] El juez ordenó operativos en dependencias del ministerio para secuestrar documentación sobre la logística de los alimentos. [9, 12, 17, 20] Este caso volvió a poner al juez Casanello bajo el foco mediático, demostrando una vez más su disposición a tomar decisiones que confrontan directamente con el poder político de turno, independientemente de su color. Esta actuación, para algunos, refuerza su imagen de juez independiente, mientras que para el gobierno y sus simpatizantes, es una prueba más de su supuesto activismo judicial y de ser un juez casanello kirchnerista en sus motivaciones, ahora actuando contra una administración de signo opuesto. Lo cierto es que la figura de el juez casanello sigue siendo un termómetro de la tensión permanente entre la justicia y la política en Argentina, un rol que parece destinado a ocupar en cada una de sus intervenciones de alto perfil.

Críticas, Controversias y el Estigma del 'Juez Kirchnerista'
La trayectoria del Juez Casanello está indisolublemente ligada a la controversia. Desde que asumió en el estratégico Juzgado Federal N° 7, su figura ha sido objeto de un intenso escrutinio y de ataques provenientes de prácticamente todo el espectro político. La crítica más persistente y la que más ha moldeado su imagen pública es la acusación de ser un juez casanello kirchnerista, un estigma que nació casi al mismo tiempo que su designación en 2012, bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. [1, 24] Esta etiqueta fue impulsada por la oposición de entonces y sectores mediáticos, quienes argumentaban que su nombramiento era parte de una estrategia del poder para colocar magistrados afines en puestos clave de Comodoro Py y garantizar así una red de protección judicial. [3, 28] Esta narrativa se vio reforzada durante los primeros años de la investigación de la 'Ruta del Dinero K', cuando la aparente lentitud del proceso fue interpretada no como prudencia o dificultad probatoria, sino como una deliberada maniobra dilatoria para proteger a la cúpula del poder kirchnerista. [31, 32]
Las acusaciones de parcialidad se materializaron en varias denuncias formales y pedidos de juicio político. En 2013, por ejemplo, la diputada Elisa Carrió lo denunció por presunto 'encubrimiento agravado' a favor de Lázaro Báez. [28] El Consejo de la Magistratura recibió también peticiones para su destitución. [28] Sin embargo, ninguna de estas acusaciones prosperó de manera significativa. El propio casanello juez ha tenido que defenderse públicamente de estas imputaciones en contadas ocasiones, rompiendo su habitual bajo perfil. Ha negado cualquier tipo de militancia o vínculo con agrupaciones como Justicia Legítima [32] y ha calificado como una 'barbaridad' y un 'agravio' que se lo acuse de proteger a Cristina Kirchner o de responder a intereses políticos. [31, 32] Sus defensores señalan que la prueba más contundente de su independencia es que, a pesar de las acusaciones, fue él quien detuvo y procesó a Lázaro Báez, [2] condenó a su círculo íntimo y avanzó en causas que desmantelaron una parte significativa de la red de corrupción investigada, generando fallos que luego resultaron en condenas firmes. [1, 18]
Una de las operaciones más feroces en su contra fue la del falso testimonio. En 2016, en plena efervescencia de la causa Báez, dos testigos declararon haberlo visto visitando a Cristina Kirchner en la Quinta de Olivos. [33] La historia fue ampliamente difundida, buscando instalar la imagen de un pacto espurio. El juez Sebastián Casanello se autodenunció para que se investigara el hecho, y la pesquisa demostró la falsedad de los dichos. Finalmente, en 2020, los dos testigos admitieron haber mentido y fueron condenados en un juicio abreviado. [33, 36] Este episodio, si bien terminó reivindicando al magistrado, dejó en evidencia la crudeza de las operaciones político-judiciales que se orquestan para presionar o apartar a los jueces que manejan causas de alto poder. Incluso se llegaron a publicar notas periodísticas que afirmaban, sin pruebas fehacientes, que el juez casanello se comunicaba con Cristina Kirchner a través de la aplicación de mensajería Telegram, una acusación grave que buscaba minar su credibilidad. [26]
Un Juez en la Mira de Todos los Gobiernos
Paradójicamente, la etiqueta de juez casanello kirchnerista se ha visto desafiada por sus propias actuaciones y por las críticas recibidas desde el propio kirchnerismo y gobiernos de otro signo. Durante la administración de Mauricio Macri, si bien fue el juez que avanzó contra Báez, también fue quien sobreseyó al propio Macri en la causa de las escuchas ilegales. [19, 25, 27] Esta decisión, si bien la justificó en la falta de pruebas directas tras una nueva ronda de medidas, [22] le granjeó críticas del sector que lo consideraba un enemigo. Más recientemente, bajo el gobierno de Javier Milei, su rol en la 'causa alimentos' lo ha puesto en una ruta de colisión directa con el Poder Ejecutivo. [6, 17] Sus fallos, exigiendo al Ministerio de Capital Humano la elaboración y ejecución de un plan de reparto de alimentos, fueron tildados por el oficialismo como un claro ejemplo de 'activismo judicial' y de una intromisión indebida de la justicia en la política. [12, 35] Funcionarios del gobierno de Milei lo acusaron de actuar en coordinación con el dirigente social Juan Grabois, el denunciante, revitalizando la idea de un juez con una agenda política propia. [6]
Esta capacidad para generar anticuerpos en gobiernos de diferentes ideologías es, quizás, el aspecto más complejo y definitorio de su perfil. Para sus críticos, su accionar es camaleónico, adaptándose a los vientos políticos para sobrevivir en el poder. Para sus defensores, es la prueba irrefutable de su independencia: un juez que no responde a ningún poder y que aplica la ley según su criterio, incomodando a quien ocupe el poder. Lo cierto es que la figura del juez Casanello se ha transformado en un significante vacío que cada sector político llena con sus propias proyecciones y acusaciones. Su legado, aún en construcción, estará marcado por esta tensión. ¿Será recordado como el juez que encarceló a Lázaro Báez y desentrañó la 'Ruta del Dinero K', o como un magistrado cuyo accionar ambiguo y pausado generó más dudas que certezas? La respuesta probablemente dependa de la perspectiva desde la cual se analice su compleja y central carrera en la justicia federal argentina. Puede consultarse información oficial sobre el Poder Judicial y sus magistrados en el portal del Centro de Información Judicial (CIJ), dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El Legado y el Futuro del Juez Casanello
Evaluar el legado de un juez en actividad es siempre una tarea provisional. Sin embargo, a más de una década de su llegada a Comodoro Py, ya se pueden delinear los contornos de lo que será la impronta del juez Sebastián Casanello. Su principal legado, hasta la fecha, es la sentencia en la causa 'Ruta del Dinero K'. [15] Fue una investigación que, con todas sus idas y venidas, críticas y controversias, culminó con la condena de un empresario emblemático de la corrupción y la recuperación de activos para el Estado. Este caso se ha convertido en un precedente importante en la lucha contra el lavado de dinero en Argentina. Por otro lado, un legado innegable es la controversia misma que genera. El juez Casanello encarna la desconfianza crónica que una parte importante de la sociedad argentina siente hacia el Poder Judicial. La discusión sobre si es un juez casanello kirchnerista o un juez independiente sigue viva y se reactiva con cada nueva causa de alto perfil que cae en su juzgado. Su futuro parece estar ligado a este mismo destino. Recientemente, resultó sorteado para subrogar el Juzgado Federal 11, lo que lo pondrá al frente de otra causa de alto impacto político: el 'Caso Seguros', que involucra al expresidente Alberto Fernández. [34] Esto asegura que el juez casanello seguirá en el ojo de la tormenta, siendo un actor central cuyas decisiones continuarán siendo analizadas no solo en términos jurídicos, sino también, y quizás principalmente, en términos políticos. Su capacidad para manejar la presión, su rigor técnico y su habilidad para navegar en las complejas aguas de la justicia federal serán puestas a prueba una vez más, consolidando su lugar como una de las figuras más enigmáticas y determinantes del poder judicial argentino contemporáneo.