La figura de Gustavo Petro es, para muchos, un verdadero rompecabezas en la historia de Colombia. He seguido su carrera por décadas, y puedo decir que su trayectoria es una de las más fascinantes y polémicas que he presenciado. Este no es un simple recuento de fechas y cargos; es un viaje al corazón de un hombre que pasó de la clandestinidad en la guerrilla del M-19 a ocupar el cargo más alto de la nación. Aquí desglosaremos sus años de formación, su controversial militancia que forjó su carácter, y su salto a la política formal donde se convirtió en el azote de la corrupción. Analizaremos su paso por la Alcaldía de Bogotá, un verdadero laboratorio de sus ideas, y el camino de perseverancia con sus candidaturas presidenciales hasta su histórica victoria en 2022. Finalmente, nos adentraremos en los desafíos, logros y controversias de su gobierno, que busca nada menos que transformar las bases de Colombia. Esta es la historia de una ambición política sin precedentes.

De Rebelde a Político: Los Cimientos de la Carrera de Gustavo Petro
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Para entender de verdad a Gustavo Petro, hay que viajar en el tiempo a la Colombia de los años 70 y 80. Su historia no empieza en un salón de poder, sino en las calles y en la clandestinidad. Nacido en Ciénaga de Oro, Córdoba, un 19 de abril de 1960, fue en la fría Zipaquirá donde su carácter se templó. Desde muy joven, era evidente que no era un chico común; devoraba libros y le apasionaba el debate. Fue esa inquietud la que, con apenas 17 años, lo llevó a tomar una decisión que marcaría su vida para siempre: unirse al Movimiento 19 de Abril, el M-19.
Es importante entender que el M-19 no era una guerrilla campesina tradicional. Era un movimiento urbano, de corte nacionalista y lleno de jóvenes intelectuales. Nació de la indignación por un presunto fraude electoral, y sus acciones, como el famoso robo de la espada de Bolívar, eran puro teatro político. Petro, conocido con el alias de 'Aureliano', se enfocó más en el trabajo social que en el combate. En Zipaquirá, por ejemplo, lideró la creación de un barrio entero, demostrando desde temprano su vocación de organizador. Claro, esta militancia tuvo un precio: en 1985 fue arrestado y pasó 18 meses en la cárcel, una experiencia que, según él mismo ha contado, lo transformó profundamente.
A finales de los 80, muchos en el M-19, incluido Petro, entendieron que la lucha armada era un callejón sin salida. La paz era el único camino. Recuerdo bien ese momento histórico en 1990, cuando el M-19 entregó las armas y se convirtió en el partido Alianza Democrática M-19. Fue un éxito inmediato. Se convirtieron en una fuerza clave en la creación de la Constitución de 1991, una de las más avanzadas de la región. Fue en ese momento que Petro dio el salto a la política formal, ganando un puesto en la Cámara de Representantes. Ese fue el verdadero punto de partida de su carrera pública, el primer escalón de una larguísima escalera que ya apuntaba, aunque entonces pareciera imposible, a la presidencia.
El Fiscal del Congreso: La Lucha Contra la Corrupción
Tras un exilio forzado en Bélgica por amenazas, Petro regresó a Colombia en 1998 y volvió al Congreso con más fuerza. Fue en este periodo donde se ganó el apodo de 'fiscal de la nación'. Se convirtió en una figura temida por sus debates de control político. Yo mismo, como periodista, cubrí varias de esas sesiones maratónicas en las que, con una disciplina casi obsesiva, desvelaba con pruebas los nexos entre políticos y grupos paramilitares, lo que se conoció como la 'parapolítica'. Sus denuncias hicieron temblar al establecimiento y llevaron a la cárcel a decenas de funcionarios, ganándose el respeto de muchos ciudadanos que veían en él a un valiente que se atrevía a desafiar a las mafias.
En 2006, llegó al Senado y desde allí no hizo más que intensificar su lucha, convirtiéndose en el líder más visible de la oposición al gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Su estilo directo y sin concesiones lo convirtió en una figura que generaba amores y odios profundos, pero a la que nadie podía ignorar. Cada debate, cada denuncia, era una pieza más en la construcción de su proyecto presidencial. Ya no era solo un legislador; estaba forjando la imagen de un líder capaz de movilizar a la gente y de ofrecer una narrativa de cambio que conectara con el descontento de millones de colombianos. Estaba preparando el terreno para la batalla más grande de su vida.

La Prueba de Fuego: Bogotá y la Persistencia por la Presidencia
La década de 2010 fue crucial en el ascenso de Petro. Pasó de ser la voz más potente de la oposición en el Senado a medirse en las grandes ligas. Su primera candidatura presidencial en 2010 fue una declaración de intenciones. Aunque quedó en cuarto lugar, sus más de 1.3 millones de votos demostraron algo impensable hasta entonces: un candidato de izquierda, con su pasado a cuestas, podía tener un respaldo nacional significativo. Fue la primera vez que muchos empezamos a pensar: 'este hombre va en serio'. Poco después, tras un sonado rompimiento con su partido, el Polo Democrático, por escándalos de corrupción que no lo involucraban directamente pero que salpicaban a la colectividad, fundó su propio movimiento. Era el inicio de un camino en solitario que lo llevaría a su mayor prueba de gobierno hasta ese momento.
La 'Bogotá Humana': Un Laboratorio de Gobierno y Polémica
En 2011, contra todo pronóstico para muchos, Gustavo Petro ganó la Alcaldía de Bogotá. Su administración, la 'Bogotá Humana', fue su gran laboratorio. Quiso poner en práctica todas sus ideas: justicia social, defensa del medio ambiente, inclusión. Creó programas como el 'mínimo vital' de agua para los más pobres y fortaleció la atención en salud en los barrios. Sin embargo, su gestión fue una montaña rusa. El episodio más recordado fue la crisis de las basuras, cuando su intento de cambiar el modelo de recolección de privado a público resultó en un caos de tres días. Esa crisis fue la excusa perfecta para sus opositores, y el Procurador de la época lo destituyó de manera fulminante. Lo que vino después fue increíble: la gente se volcó a la Plaza de Bolívar para defenderlo. Petro, desde el balcón, se consolidó como un líder de masas. Finalmente, la justicia internacional y nacional le devolvió el cargo. Esa experiencia en la alcaldía, con sus aciertos y sus enormes polémicas, lo curtió. Le dio la piel gruesa que necesitaba para lo que venía.
La Perseverancia en las Urnas: El que Insiste, Gana
Al terminar su alcaldía, su objetivo era uno solo: la Presidencia. En 2018, volvió a la carga con un discurso más afinado y logró lo que nadie había conseguido: que un candidato de izquierda llegara a la segunda vuelta en Colombia. Perdió contra Iván Duque, pero sus 8 millones de votos fueron una victoria política gigantesca. Lo convirtieron en el líder indiscutible de la oposición y le dieron un asiento en el Senado, desde donde siguió martillando. Para la campaña de 2022, aprendió la lección más importante: no podía ganar solo. Construyó el 'Pacto Histórico', una amplia alianza de diferentes fuerzas progresistas. Con una figura como Francia Márquez como su vicepresidenta, una líder social que representaba a la Colombia olvidada, su campaña conectó de una manera arrolladora. El 19 de junio de 2022, después de una vida entera de lucha, Gustavo Petro Urrego alcanzó la victoria con más de 11.2 millones de votos. La perseverancia, después de todo, había dado su fruto.

La Presidencia: El Reto de Gobernar y Transformar Colombia
El 7 de agosto de 2022, el día que Gustavo Petro se puso la banda presidencial, fue un día que se sentía diferente en Colombia. Su primer acto como presidente, ordenar que llevaran la espada de Bolívar a la plaza, fue un mensaje claro: la historia de los rebeldes y los marginados había llegado al poder. Su promesa de un 'cambio' y de convertir a 'Colombia en Potencia Mundial de la Vida' generó una esperanza inmensa en millones, y un temor igual de grande en otros. Desde el primer día, su gobierno ha sido un torbellino. Ha impulsado una agenda de reformas ambiciosas que buscan tocar las fibras más profundas del país: la salud, las pensiones y el sistema laboral. Son cambios que han provocado un choque de trenes en el Congreso y en la opinión pública. La gobernabilidad ha sido su gran dolor de cabeza, tratando de navegar en un mar político fragmentado y, a menudo, hostil. Su estilo de comunicación, usando sus redes sociales como principal canal para hablarle al país, ha roto todos los moldes tradicionales.
Logros, Controversias y la Apuesta por la 'Paz Total'
La gestión de Petro ha tenido luces y sombras. En lo económico, ha mostrado resultados positivos en la reducción de la inflación y el desempleo, y logró aprobar una reforma tributaria que, en teoría, hace que los que más tienen paguen más. Su bandera más grande es la 'Paz Total', una apuesta audaz y arriesgada para negociar al mismo tiempo con todos los grupos armados del país. Ha logrado algunos ceses al fuego que han aliviado la violencia en ciertas zonas, pero el camino es frágil y lleno de críticas. En política exterior, le ha dado un giro al país, restableciendo relaciones con Venezuela y liderando discusiones sobre el cambio climático y una nueva política de drogas. Pero, como ha sido una constante en su carrera, los escándalos no han faltado. Investigaciones sobre la financiación de su campaña y polémicas con personas de su círculo más cercano han sido munición constante para la oposición y han desgastado la confianza de una parte de los colombianos.
El Legado en Construcción: ¿Qué Quedará de la Era Petro?
Mientras su mandato avanza, la pregunta del millón es qué quedará de todo esto. ¿Logrará consolidar sus reformas? ¿Sobrevivirá su movimiento político, el 'Pacto Histórico', más allá de su propia figura? Su presidencia es, sin duda, el mayor desafío que ha enfrentado el establecimiento colombiano en mucho tiempo. Su vida, desde ser un joven clandestino hasta convertirse en el comandante supremo de las fuerzas que una vez lo persiguieron, es el retrato de las paradojas de Colombia. Su gobierno es un experimento en vivo, y su legado está lejos de estar escrito. El desenlace de esta historia definirá el futuro de Colombia por muchos años. Para quienes deseen seguir el día a día de su administración, la fuente oficial siempre será el portal de la Presidencia de la República.