He dedicado mi carrera a ayudar a la gente a planificar su futuro, y sé que el tema de la pensión del IMSS puede parecer un laberinto. Por eso he creado esta guía. Aquí te llevaré de la mano para que entiendas de una vez por todas qué son las semanas cotizadas y por qué son el pilar de tu tranquilidad financiera. Hablaremos de los beneficios que tienes hoy, como la atención médica, y cómo asegurarlos para el futuro. Nos meteremos de lleno en los dos regímenes de pensión, con un cariño especial a la Ley de 1973, que esconde grandes ventajas. Descubrirás estrategias prácticas, como la famosa Modalidad 40, para que puedas aumentar de forma significativa lo que recibirás mes con mes. Mi objetivo es darte claridad y confianza para que tomes las riendas de tu retiro.

Tabla de Contenido
- ¿Qué son y por qué importan tus semanas cotizadas?
- Ley 73 vs. Ley 97: La fecha que define tu futuro
- Más allá de la pensión: Los seguros que te protegen hoy
- El Salario Base de Cotización: El otro número clave
¿Qué son y por qué importan tus semanas cotizadas?
Si hay algo que he aprendido en todos mis años asesorando a trabajadores es que entender tus semanas cotizadas en el IMSS es el primer gran paso hacia una vejez tranquila. Solemos oír el término por ahí, pero pocos se detienen a pensar en su verdadero poder. No son solo un número; son el reflejo de cada gota de sudor, de tu dedicación laboral a lo largo de los años. Son, literalmente, la llave que abre la puerta a tu seguridad y a la de tu familia. Cada semana que tu patrón registra ante el Seguro Social, gracias a las aportaciones que hacen él, el gobierno y tú, se suma a tu cuenta personal. Este esfuerzo conjunto es el corazón de la seguridad social en México, un pacto que te protege ante enfermedades, accidentes y, por supuesto, cuando llega el momento de colgar los guantes y retirarte.
Ley 73 vs. Ley 97: La fecha que define tu futuro
Ahora, es vital que sepas en qué equipo juegas. En México existen dos grandes sistemas de pensión, y la línea que los divide se trazó el 1 de julio de 1997. Si empezaste a trabajar y a cotizar antes de esa fecha, eres parte de la afortunada generación de la Ley del Seguro Social de 1973. Si tu primer empleo formal fue después, te riges por la Ley de 1997. En esta guía nos enfocaremos mucho en la primera, la Ley 73, porque, créeme, ofrece un camino hacia una pensión mucho más generosa. Para quienes pertenecen a este régimen, el número mágico para empezar a soñar con el retiro es 500 semanas. Esto es, más o menos, 10 años de trabajo. Tener un requisito tan accesible es una de las grandes bondades de este sistema.
Más allá de la pensión: Los seguros que te protegen hoy
Tener un buen número de semanas acumuladas no solo sirve para tu retiro. Desde el día uno, te da acceso a una red de protección invaluable para ti y los tuyos. Estos son los seguros que te respaldan:
- Salud para ti y tu familia: Te da acceso a consultas, medicinas, cirugías y hospitales sin costo. Con apenas unas cuantas semanas cotizadas, ya tienes esta protección. Para las futuras mamás, garantiza toda la atención durante el embarazo y el parto, además de sus incapacidades.
- Protección en el trabajo: Si sufres un accidente o enfermedad a causa de tu empleo, este seguro te cubre toda la atención médica y te apoya con un ingreso mientras no puedas trabajar.
- Respaldo ante la invalidez o el fallecimiento: Si una enfermedad o accidente fuera del trabajo te impide seguir laborando, te protege. Y si llegaras a faltar, tu familia no quedaría desamparada, pues recibirían una pensión.
- Apoyo para tus hijos y tu bienestar: Incluye el servicio de guarderías para que puedas trabajar con tranquilidad y acceso a actividades sociales y deportivas.
- El gran objetivo: tu retiro: Este es el seguro que, al final del camino, financiará la pensión que recibirás mes a mes.
Te lo digo por experiencia: revisar tu historial de semanas es una de las tareas más importantes que debes hacer. Un error, un patrón que no te dio de alta, puede costar muy caro. Por suerte, hoy es muy fácil. Puedes sacar tu 'Constancia de Semanas Cotizadas' gratis en el portal del IMSS. Solo necesitas tu CURP, Número de Seguridad Social (NSS) y un correo. Este papelito no solo te dice el total de semanas, sino que te muestra quiénes han sido tus últimos patrones, para que veas si todo está en orden. Si algo no cuadra, ¡actúa de inmediato!
El Salario Base de Cotización: El otro número clave
Entender tus aportaciones también significa conocer tu Salario Base de Cotización (SBC). En palabras sencillas, es el promedio de todo lo que ganas al día, no solo tu sueldo, sino también aguinaldo, primas y otros extras. Las cuotas al IMSS se calculan sobre este salario. Por eso, un SBC alto significa aportaciones más grandes y, como resultado, una mejor pensión. Esto es especialmente crítico en la Ley 73, donde tu pensión se calcula con el promedio de tus salarios de los últimos 5 años. Así que no solo importa cuántas semanas tienes, sino con cuánto dinero te registraron. Este punto es oro molido y lo veremos más a fondo, porque es una de las palancas más poderosas para mejorar tu futuro.

Profundizando en tu Jubilación: Ley 1973 contra Ley 1997
Ahora que ya sabes qué son tus semanas cotizadas, vamos a meternos al corazón del asunto: cómo ese esfuerzo de años se convierte en una pensión. Los beneficios de estar en el IMSS van mucho más allá de una visita al doctor; son una red de seguridad completa. Pero la verdadera magia, y donde tu planeación hace la diferencia, es en el retiro. Aquí, la diferencia entre la Ley de 1973 y la de 1997 es como el día y la noche.
La 'Joya de la Corona': Entendiendo la Ley de 1973
Si la vida laboral te sonrió y empezaste a cotizar antes del 1° de julio de 1997, tienes un tesoro en tus manos: el derecho a elegir pensionarte bajo la Ley 73. Te lo digo claro: en el 99% de los casos, esta es tu mejor opción. Este sistema funciona con un principio de solidaridad: los que trabajamos hoy pagamos las pensiones de los que ya se retiraron. La pensión que te tocará se calcula con una fórmula que considera tres ingredientes principales:
- El mínimo de semanas: Necesitas juntar por lo menos 500 semanas cotizadas. Sin este requisito, no importa la edad que tengas, no hay pensión.
- Tu salario de los últimos 5 años: El IMSS promediará tu Salario Base de Cotización (SBC) de tus últimas 250 semanas de trabajo. Este factor es crucial. Un buen sueldo en la recta final puede disparar el monto de tu pensión.
- Tu edad al retirarte: Puedes empezar el trámite a los 60 años (Pensión por Cesantía) o esperarte a los 65 (Pensión por Vejez). ¿La diferencia? A los 60 años te toca el 75% de lo que te calcularon. Cada año que esperes, ese porcentaje sube 5%, hasta llegar al 100% a los 65. Piénsalo así: el IMSS te premia por esperar.
La fórmula de la Ley 73 premia la constancia y la estrategia. Después de las 500 semanas, cada año extra que trabajes incrementa tu pensión. No es lo mismo retirarse con 500 semanas que con 1,500. Además, esta pensión te la paga el gobierno de por vida y se actualiza cada año con la inflación para que no pierda su valor.
La Ley 1997: Tu alcancía personal para el retiro
Para quienes comenzaron a cotizar después del 1 de julio de 1997, el juego es distinto. Tu pensión depende de una cuenta de ahorro individual, tu Afore. Es como tu 'cochinito' personal, donde tú, tu patrón y el gobierno depositan dinero a lo largo de tu vida. El requisito de semanas también es mayor, aunque una reforma reciente lo hizo más accesible, empezando con 750 semanas y aumentando poco a poco hasta llegar a 1,000. Al jubilarte, tu pensión dependerá de cuánto dinero lograste juntar en esa cuenta. Con ese saldo, puedes comprar una Renta Vitalicia (un seguro que te paga una mensualidad de por vida) o un Retiro Programado (tu Afore te da dinero hasta que se acabe). Aquí, la responsabilidad de tener una buena pensión recae mucho más en ti, en el ahorro voluntario que hagas y en los rendimientos que genere tu Afore.
Toma el control de tu futuro
Viendo estos dos caminos, la planeación se vuelve indispensable. Si eres de la Ley 73, tu estrategia debe ser: acumular todas las semanas que puedas y, sobre todo, buscar mejorar tu salario en los últimos cinco años de trabajo. Un concepto clave aquí es la 'conservación de derechos'. Cuando dejas de cotizar, tienes un tiempo de gracia para pensionarte, que es la cuarta parte del tiempo total que trabajaste. Si dejas pasar más tiempo, pierdes tus derechos y tendrías que volver a cotizar para recuperarlos. ¡No dejes que te pase! Para saber a qué ley perteneces, checa tu estado de cuenta de la Afore o pide una Constancia de Vigencia de Derechos en el IMSS. Este simple paso te dará el mapa para tu retiro. Muchos, al descubrir que son Ley 73, empiezan a buscar formas de mejorar su pensión, y la más poderosa es la Modalidad 40, de la que te hablaré a continuación.

Estrategias Avanzadas para una Pensión de Ensueño: La Magia de la Modalidad 40
Hemos llegado a mi parte favorita, donde la información se convierte en acción. Si ya entendiste las bases y, sobre todo, si eres del club de la Ley de 1973, es momento de que conozcas la herramienta más potente para transformar tu retiro: la 'Continuación Voluntaria en el Régimen Obligatorio', mejor conocida por todos como la Modalidad 40.
El 'turbo' para tu pensión: Descubre la Modalidad 40
Piensa en la Modalidad 40 como el motor de alto rendimiento que puedes instalarle a tu pensión en la recta final. Es un programa del IMSS que te permite, si te quedaste sin empleo formal, seguir haciendo aportaciones por tu cuenta. ¿El objetivo? No solo mantenerte vigente y seguir sumando semanas, sino, y aquí está la magia, mejorar los dos factores clave de tu pensión Ley 73: el número de semanas y el promedio salarial de los últimos 5 años.
¿Cómo funciona esta maravilla? Al darte de alta en la Modalidad 40, tú te conviertes en tu propio patrón y pagas las cuotas mensuales. Lo increíble es que puedes registrarte con un salario MÁS ALTO del que tenías, hasta un tope de 25 UMAs (Unidades de Medida y Actualización). Esto te permite, de forma totalmente legal, 'inflar' tu salario promedio de los últimos cinco años. El efecto que esto tiene en el cálculo final de tu pensión es simplemente espectacular.
¿Es para ti? Para poder usar esta estrategia, necesitas cumplir con tres condiciones:
- Pertenecer a la Ley 73 (haber empezado a cotizar antes del 1 de julio de 1997).
- Tener al menos 52 semanas cotizadas en los cinco años anteriores a tu baja laboral.
- Solicitarla antes de que pasen cinco años desde que te dieron de baja de tu último trabajo.
Una inversión, no un gasto: He visto a clientes dudar por el costo mensual de la Modalidad 40, que es un porcentaje del salario con el que te registras (para 2025, será del 13.347%). Pero te lo digo con toda la experiencia del mundo: es la mejor inversión de tu vida. He visto personas que, invirtiendo en la Modalidad 40 con el salario topado durante 3, 4 o 5 años, han logrado duplicar, triplicar o hasta cuadruplicar su pensión. Recuperan lo invertido en un par de años y se aseguran un ingreso mensual generoso y vitalicio.
Otras opciones para no dejar de sumar
Aunque la Modalidad 40 es la estrella, no es la única forma de seguir sumando. Si eres un trabajador independiente, freelancer o tienes tu propio negocio, existe la Modalidad 10. Con ella, puedes inscribirte al IMSS para tener acceso a casi todos los beneficios, incluyendo atención médica y, por supuesto, seguir acumulando semanas para tu retiro. Es una excelente manera de formalizar tu situación.
La información es tu mejor aliada
No me cansaré de repetirlo: tu poder está en la información. Hoy es muy sencillo monitorear tu situación. Pide tu Reporte Personalizado de Cotización (RPCI) en el portal del IMSS o en la app IMSS Digital. Es gratis y solo necesitas tus datos básicos. Revisa que tus patrones te hayan registrado con tu salario real y que no te falten semanas. He visto casos tristes de gente que se da cuenta de errores 20 años después, cuando ya es muy tarde. Si detectas algo raro, inicia una aclaración.
Y un consejo de amigo: haz todos tus trámites en los canales oficiales. La página es www.imss.gob.mx. Desconfía de 'coyotes' o páginas de Facebook que te prometen arreglar tu pensión por una cuota. La mayoría de los trámites son personales y gratuitos. Tu futuro es demasiado importante como para dejarlo en manos de extraños. Investiga, planea y toma el control. El 'tú' del futuro, disfrutando de una pensión digna, te lo va a agradecer toda la vida.