Con la vista puesta en las elecciones de 2025, el ambiente político en Chile está más dinámico que nunca. En mi experiencia, las encuestas son la brújula que nos guía en este complejo escenario. Este artículo no es solo una lista de números; es un análisis a fondo de las primeras mediciones que están definiendo la ruta hacia La Moneda. Te llevaré a conocer a los principales contendientes, como Evelyn Matthei y José Antonio Kast, y a las figuras clave del oficialismo, como Carolina Tohá. Desglosaremos juntos qué hay detrás de las cifras de encuestadoras como Cadem y Criteria, explicando de forma sencilla cómo funcionan y qué tan fiables son. Mi objetivo es darte herramientas para que puedas interpretar el panorama electoral chileno, entendiendo las estrategias, los desafíos y las proyecciones que marcarán el futuro del país.

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El Escenario Político y las Primeras Encuestas Presidenciales 2025 en Chile
Llevo décadas analizando el panorama político chileno, y pocas veces he sentido una atmósfera tan cargada de expectación como ahora, de cara a las elecciones presidenciales del 16 de noviembre de 2025. Con el gobierno de Gabriel Boric en su recta final, los partidos ya mueven sus fichas, posicionando a sus figuras más destacadas en lo que promete ser una carrera electoral intensa y decisiva. Las primeras encuestas han comenzado a dibujar el campo de batalla, dándonos un primer vistazo a quiénes lideran la carrera por La Moneda. Estos sondeos iniciales son fundamentales, no solo por los nombres que ponen sobre la mesa, sino porque empiezan a moldear las conversaciones y estrategias que veremos en los próximos meses. Es clave analizar con calma estos primeros resultados para entender las corrientes de opinión que cruzan Chile.
Encuestadoras de gran prestigio como Cadem, Criteria y Pulso Ciudadano ya nos han entregado sus primeras radiografías. Recuerdo perfectamente cómo un sondeo de Cadem a principios de junio generó un remezón en el ambiente: José Antonio Kast, del Partido Republicano, aparecía superando por un margen muy estrecho a Evelyn Matthei, la carta de Chile Vamos. Estas variaciones nos enseñan una lección valiosa: el electorado es volátil y los eventos políticos pueden alterar rápidamente las preferencias. Las encuestas no solo miden popularidad; también nos hablan de percepciones. Por ejemplo, mientras Matthei es vista como una figura con más experiencia, Kast proyecta una imagen de mayor firmeza, especialmente en temas de seguridad. Estos matices son los que explican por qué un candidato conecta mejor con ciertos grupos de personas.
Mientras tanto, el oficialismo tiene el gran desafío de unificar sus fuerzas detrás de una candidatura potente. Las ministras Carolina Tohá (PPD) y Jeannette Jara (PC) se perfilan como las principales opciones que competirán en las primarias del pacto "Unidad por Chile". Estas primarias, fijadas para el 29 de junio de 2025, serán un punto de inflexión para la centro-izquierda. De ahí saldrá el nombre que buscará dar continuidad al proyecto del gobierno actual, y el resultado sin duda reconfigurará todo el panorama de las encuestas. La competencia interna entre Tohá y Jara también refleja las distintas almas que conviven en la coalición; será una señal clara de qué corriente ideológica marcará el rumbo de la campaña.
Pero la lista de aspirantes es mucho más amplia. Desde el diputado Gonzalo Winter por el Frente Amplio hasta candidaturas independientes que aún buscan las firmas para inscribirse, la diversidad de opciones es un espejo de la complejidad del Chile de hoy. En mi experiencia, es un error centrarse solo en los dos o tres punteros. La historia reciente nos ha demostrado que los escenarios pueden dar giros inesperados y que candidatos con apoyos iniciales modestos pueden crecer si logran sintonizar con las preocupaciones de la gente. Por eso, mi recomendación es siempre mirar el cuadro completo.
Además, no podemos olvidar el contexto. La percepción ciudadana sobre la economía, la delincuencia o la calidad de los servicios públicos influye directamente en cómo se evalúa a los candidatos. Un mal resultado en un sondeo puede ser un reflejo directo de la preocupación de la gente por la inflación, por ejemplo. Las encuestas, en ese sentido, son mucho más que una herramienta electoral; son un diagnóstico social. La capacidad de un candidato para ofrecer respuestas creíbles a estos problemas será, al final del día, lo que determine su éxito en las urnas.

Metodología y Confianza: ¿Cómo Leer una Encuesta?
Mucha gente ve las encuestas como una bola de cristal, pero en mi trabajo he aprendido que son más como una radiografía. Nos muestran una imagen detallada de un momento específico, y para entenderla, hay que saber leerla. No todos los sondeos son iguales, y la clave para evaluar su fiabilidad está en su metodología. Las encuestadoras serias en Chile, como Cadem o Criteria, publican sus fichas técnicas, donde detallan el tamaño de la muestra, cómo contactaron a la gente (por teléfono, online, en persona), el margen de error y el perfil de los encuestados. Una encuesta con una muestra grande y diversa a nivel nacional siempre será más representativa. El regreso del voto obligatorio ha sido un gran desafío para todos, obligándonos a ajustar los modelos para predecir el comportamiento de un electorado mucho más amplio.
Una de las partes más complejas y que siempre genera debate es el famoso "filtro de votante probable". Imaginen que es como un filtro en una foto: la encuestadora intenta estimar, a través de una serie de preguntas, quiénes de los encuestados realmente irán a votar el día de la elección. Diferentes filtros pueden arrojar resultados muy distintos. Aquí es donde se juega la credibilidad de la empresa. Recuerdo elecciones pasadas donde algunas encuestas fallaron estrepitosamente, y casi siempre fue por un mal cálculo de quiénes serían los votantes efectivos. Por eso, cuando lean una encuesta, no se queden solo con el titular; intenten entender cómo se llegó a esa cifra.
Mi consejo es nunca quedarse con una sola foto. El verdadero valor está en ver la película completa, comparando distintas encuestas a lo largo del tiempo. Si sondeos con diferentes métodos apuntan en una dirección similar, la tendencia se vuelve mucho más sólida. En este sentido, es interesante observar modelos de otros países, como los agregadores de encuestas que consolidan múltiples estudios para obtener una visión más estable. La idea es simple pero poderosa: diversificar las fuentes para no depender de una sola mirada. El modelo chileno, con encuestas semanales de alta frecuencia, nos da un pulso constante, pero compararlo con otras formas de análisis enriquece nuestra perspectiva.
La tecnología también ha cambiado las reglas del juego. Los paneles online permiten recoger datos muy rápido, aunque siempre existe el riesgo de que la muestra no represente bien a quienes tienen menos acceso a internet. Las encuestas telefónicas o cara a cara tienen otras fortalezas y debilidades. Las mejores mediciones suelen combinar métodos y usar ponderaciones estadísticas para corregir sesgos, ajustando los resultados por edad, género, nivel socioeconómico y región. Un análisis riguroso siempre debe considerar estos ajustes.
Finalmente, hay una máxima que todos los que trabajamos en esto repetimos constantemente: las encuestas son una instantánea, no una profecía. La opinión pública es un río, no una laguna; está en constante movimiento. Un buen debate, un error de campaña o una crisis inesperada pueden cambiarlo todo. El propósito de estos estudios no es adivinar el futuro, sino darnos información valiosa sobre el presente. Entender su lenguaje y sus limitaciones es un ejercicio de responsabilidad cívica fundamental para la salud de nuestra democracia.

Los Candidatos Bajo la Lupa: Proyecciones y Escenarios
Ahora que entendemos el tablero y las herramientas, analicemos a los jugadores clave. Proyectar escenarios es un ejercicio delicado que va más allá de extender una línea en un gráfico. Implica comprender las tensiones, las posibles alianzas y los eventos que podrían cambiar el juego. Hoy por hoy, las encuestas sitúan a Evelyn Matthei (UDI) y José Antonio Kast (Republicano) como las figuras dominantes de la oposición. La competencia entre ambos es, para mí, uno de los nudos centrales de esta elección. El reciente sondeo de Cadem que mostró a Kast ligeramente por encima de Matthei es una señal clara de que la base de la derecha está dividida. La gran pregunta es si uno logrará imponerse de forma decisiva antes de la primera vuelta o si la división persistirá, abriendo una ventana de oportunidad para el oficialismo. Sus estrategias serán opuestas: Matthei seguramente buscará moderar su discurso para capturar el centro, mientras que Kast intentará consolidar su base con un mensaje de orden y firmeza.
En la vereda de enfrente, la primaria de "Unidad por Chile" es el evento más esperado. De allí saldrá una candidatura única que representará a la centro-izquierda. Carolina Tohá y Jeannette Jara ofrecen perfiles muy distintos. Tohá, con su trayectoria como ministra y su anclaje en el Socialismo Democrático, puede apelar a un electorado más tradicional. Jara, como figura emblemática del Partido Comunista y exministra del Trabajo, tiene el potencial de movilizar con fuerza a la base más ideológica de la coalición. El verdadero test para la candidata que resulte ganadora será doble: primero, unificar a su propio sector y, segundo, salir a convencer a los votantes indecisos, que son quienes finalmente inclinan la balanza en Chile.
Un error común en los análisis tempranos es subestimar a los candidatos que no lideran las encuestas. Figuras como Gonzalo Winter, Johannes Kaiser o Franco Parisi pueden ser decisivas. Aunque sus opciones de ganar parezcan remotas hoy, su capacidad para atraer a nichos específicos de votantes y para marcar la pauta del debate es enorme. Un candidato que logre un 5% o un 7% puede convertirse en el "árbitro" que decida quiénes pasan a la segunda vuelta, y su apoyo en el balotaje puede ser crucial. Observar cómo se comportan fenómenos como el voto oculto o el realineamiento de electores en otros países, a través de análisis como los que publica El País en España o agregadores como Electomania, nos da lecciones valiosas para interpretar lo que podría pasar aquí.
El destino de la elección también dependerá de factores que escapan al control de las campañas. La marcha de la economía, la percepción de seguridad y la aprobación del gobierno saliente crearán el clima en el que se moverán los electores. Un buen año económico podría dar aire a la candidatura oficialista, mientras que una crisis de seguridad podría fortalecer los discursos de mano dura. Por eso, un análisis completo no puede desconectarse de la realidad del país. Para quienes busquen los datos duros y oficiales de elecciones pasadas, la fuente de referencia es siempre el sitio del Servicio Electoral (Servel).
En conclusión, el camino a La Moneda es largo y está lleno de curvas. Las encuestas son nuestra mejor brújula, pero no son un mapa del tesoro. Nos orientan, pero no nos aseguran el destino. La volatilidad del electorado, la crucial primaria del oficialismo, la batalla en la derecha y el rol de las terceras fuerzas harán de esta elección un evento fascinante y complejo. El análisis constante y crítico de las encuestas será nuestro mejor aliado para navegar este escenario. Al final, los protagonistas que definirán el futuro de Chile serán, como siempre, los ciudadanos informados y comprometidos.