El 2025 es el año en que se juega el futuro del Congreso colombiano para el período 2026-2030. En este artículo, me adentro en las entrañas del Centro Democrático para analizar cómo se está cocinando su lista al Senado. He seguido de cerca la política colombiana por años, y pocas veces se ha visto al partido en una encrucijada tan decisiva. Exploraremos las figuras que seguramente buscarán la reelección, los nuevos liderazgos que piden paso y la innegable influencia del expresidente Álvaro Uribe, que sigue siendo el gran elector. Desglosaré las lecciones que dejó la derrota de 2022 y los desafíos que enfrentan para volver a ser una fuerza dominante. Esta no es una simple lista de nombres; es el retrato de una estrategia en plena construcción y la clave para entender el futuro de la derecha en Colombia.

El Ajedrez Político: La Estrategia del Centro Democrático Camino a 2026
Muchos creen que las campañas electorales empiezan unos meses antes de ir a las urnas, pero en mi experiencia, las batallas más importantes se libran mucho antes, en silencio. El año 2025 es precisamente ese campo de batalla para el Centro Democrático. Aunque las elecciones al Congreso son en marzo de 2026, es ahora cuando se definen las estrategias, se miden las fuerzas y, sobre todo, se eligen los perfiles que integrarán la lista al Senado. Hablar de los candidatos para el próximo periodo es hablar del alma del partido y de su apuesta para recuperar el terreno perdido. La configuración de esa lista es mucho más que un trámite; es su respuesta al gobierno actual y su visión de país para los próximos años. El partido fundado por Álvaro Uribe Vélez se encuentra en un punto de inflexión. Por un lado, necesita afianzarse como la principal voz de la oposición, canalizando el descontento ciudadano. Por otro, tiene la tarea urgente de renovarse para conectar con un electorado que ha cambiado. La gran pregunta que todos nos hacemos en el círculo político es: ¿cómo se reflejará todo esto en su lista de candidatos al Senado?
Tabla de Contenido
- Lecciones de 2022 y la Reconfiguración de Fuerzas
- La Influencia Decisiva de Álvaro Uribe Vélez
- Oposición y Plataforma: La Estrategia para Conectar
- Figuras Clave y Potenciales Candidatos
- Desafíos, Oportunidades y el Futuro del Partido
Lecciones de 2022 y la Reconfiguración de Fuerzas
Para entender el presente, hay que mirar el pasado reciente. Las elecciones de 2022 fueron un golpe duro para el Centro Democrático, que vio su bancada en el Senado reducida de 19 a 13 escaños. Fue un mensaje claro de las urnas: el capital político, por grande que sea, no es infinito y necesita cuidarse y renovarse. En mi opinión, fue una mezcla de desgaste, el surgimiento de nuevas fuerzas y una dificultad para que su mensaje tradicional calara en las nuevas conversaciones del país. De cara a la próxima contienda, el partido tiene que asimilar estas lecciones. Una de las primeras decisiones cruciales será si optan por una lista cerrada o abierta. Una lista cerrada, como ha insinuado el propio expresidente Uribe, permite ordenar la bancada, asegurar figuras estratégicas y promover nuevos talentos. Sin embargo, puede crear tensiones si algunos senadores actuales no se sienten bien representados. Una lista abierta, por otro lado, puede democratizar la elección, pero también corre el riesgo de dispersar los votos. Esta decisión técnica definirá por completo el perfil de la lista final.
La Influencia Decisiva de Álvaro Uribe Vélez
Es imposible analizar al Centro Democrático sin hablar de Álvaro Uribe Vélez. Aunque ya no está en el Congreso, su sombra y su voz siguen siendo determinantes. Uribe no es solo el fundador; es el centro de gravedad ideológico y el principal motor electoral del partido. Su criterio será fundamental para armar el rompecabezas de la lista, especialmente si es cerrada. Su habilidad para identificar liderazgos y movilizar a sus bases es un activo que nadie puede ignorar. Sin embargo, el partido también sabe que necesita demostrar que hay vida más allá de su líder. Los futuros candidatos deben ser capaces de defender con voz propia los pilares del partido, conectando de manera genuina con los problemas de la gente. He visto este proceso de transición en otros partidos y sé que es delicado, pero es absolutamente necesario para asegurar la supervivencia a largo plazo. Uribe será el estratega, el mentor, pero la responsabilidad de dar la cara recaerá en una nueva camada de líderes que deben demostrar su valía.
Oposición y Plataforma: La Estrategia para Conectar
Hoy por hoy, la identidad del Centro Democrático está marcada por su rol de oposición al gobierno de Gustavo Petro. Cada intervención en el Congreso y cada declaración pública busca trazar una línea clara y un contraste con el oficialismo. Esta estrategia tiene un doble fin: por un lado, cohesionar a su base electoral, mostrándose como la alternativa más sólida para quienes no comparten el rumbo actual del país. Por otro, construir una plataforma con propuestas concretas para la campaña de 2026. Los candidatos que aspiren al Senado serán los portavoces de este mensaje. Deberán ser sólidos en temas económicos, de seguridad y sociales, con la capacidad no solo de criticar, sino de presentar alternativas creíbles. La crítica por sí sola no gana elecciones. Por eso, el partido ya ha empezado a moverse con foros y encuentros para afinar sus propuestas. Estos eventos son también el escenario perfecto para que los aspirantes se midan, muestren su conocimiento y su capacidad de conectar con la gente. El gran reto es construir una narrativa que combine la defensa de sus principios históricos con soluciones frescas para los problemas de hoy.

Figuras Clave y Potenciales Candidatos al Senado: Los Nombres que Suenan
El tablero de ajedrez para conformar la lista al Senado del Centro Democrático ya tiene sus piezas en movimiento. Dentro del partido, se escuchan nombres de figuras consolidadas y de talentos emergentes, cada uno con su propio peso político. La composición final de esta lista será un termómetro de las fuerzas internas y de la estrategia que elijan para enfrentar las elecciones de 2026. La competencia no solo será contra otros partidos; he visto de cerca cómo la lucha interna por los mejores lugares de la lista puede ser igual o más intensa.
Las Voces Consolidadas: ¿Quiénes Buscarán la Reelección?
La columna vertebral de la lista seguramente estará conformada por el núcleo duro de la bancada actual. Senadores como María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín se han consolidado como las voces más reconocidas y combativas de la oposición. Su estilo frontal y su dominio de la opinión pública las convierten en activos electorales de primer nivel. Junto a ellas, figuras como Miguel Uribe Turbay, quien obtuvo la votación más alta del partido en 2022, y Andrés Guerra, también han mostrado interés en aspiraciones mayores, como la Presidencia. Esto añade una capa de complejidad. ¿Buscarán asegurar su curul en el Senado o se arriesgarán en la carrera presidencial? Mi análisis es que esta decisión dependerá de las negociaciones internas y de cómo se muevan las encuestas. Si se quedan en la contienda por el Congreso, es casi un hecho que ocuparán los primeros renglones, aportando su caudal de votos. La presencia de estos pesos pesados asegura una base sólida, pero también plantea el desafío de abrirle campo a la renovación.
Talentos Emergentes y Figuras Regionales
Más allá de las figuras de renombre nacional, el partido tiene una cantera interesante en la Cámara de Representantes y en las regiones. Nombres como Hernán Cadavid y Andrés Forero han ganado notoriedad por una oposición rigurosa y técnica. Su salto al Senado sería un paso lógico y refrescaría la bancada con un estilo más argumentativo y menos visceral. Forero, con su enfoque económico, y Cadavid, con su agudeza jurídica, representan una nueva generación que defiende los principios del partido con un lenguaje diferente. Además, una lista competitiva necesita tener arraigo regional. El partido buscará incluir líderes con fuerza en sus departamentos para asegurar votos en zonas clave como Antioquia, el Eje Cafetero o la Costa Atlántica. Exalcaldes, exdiputados y líderes sociales afines serán piezas fundamentales en este rompecabezas. Esta combinación de figuras nacionales con líderes de base es una fórmula que les ha funcionado antes y que seguramente intentarán replicar.
La Competencia Interna y la Definición de la Lista
La lucha por un cupo en la lista al Senado será intensa. Cada aspirante deberá demostrar no solo lealtad, sino también su capacidad de atraer votos y comunicar el mensaje del partido. Como mencioné, las posibles precandidaturas presidenciales de varios de sus senadores generan una tensión palpable que se reflejará en la confección de la lista. ¿Cómo se manejarán estas rivalidades? Aquí es donde el rol de la Dirección Nacional y, por supuesto, del expresidente Uribe, será clave. Se evaluarán trayectorias, resultados pasados, presencia mediática y capacidad de movilización. Los foros que están realizando por todo el país son, en realidad, un casting en vivo. Es la oportunidad para que los aspirantes se muestren, debatan y demuestren de qué están hechos. La decisión final será un delicado acto de equilibrio político, buscando maximizar los votos, mantener la unidad y enviar un mensaje claro sobre el liderazgo que ofrecen al país.

Desafíos, Oportunidades y el Futuro del Partido
El camino hacia 2026 no será fácil para el Centro Democrático. La selección de sus candidatos al Senado es una de las decisiones más estratégicas que enfrentan, pues definirá no solo su poder en el Congreso, sino también sus posibilidades presidenciales. El éxito, desde mi punto de vista, dependerá de su habilidad para navegar un ambiente político hostil, capitalizar los errores del gobierno y, lo más importante, conectar con las nuevas preocupaciones de la gente. La responsabilidad que recaerá sobre los hombros de estos candidatos es inmensa.
Principales Desafíos en el Horizonte
El partido enfrenta retos gigantes. El primero es quitarse la etiqueta de ser un partido anclado en el pasado. La seguridad sigue siendo un tema vital para muchos colombianos, pero ya no es suficiente. Necesitan ampliar su agenda y ofrecer respuestas creíbles sobre economía, medio ambiente y temas sociales. Sus candidatos deben ser capaces de hablarle a un electorado más joven y urbano, que a menudo ve con escepticismo los discursos tradicionales. Otro desafío es la unidad interna. Tener varias figuras con aspiraciones presidenciales es una muestra de vitalidad, pero también un riesgo de fractura. Si las ambiciones personales se anteponen al proyecto colectivo, podrían llegar muy debilitados a la contienda. Gestionar esos egos será una tarea de alta filigrana política. Finalmente, está el reto de la comunicación en la era de las redes sociales y la posverdad. Necesitan defender sus ideas con argumentos sólidos y, a la vez, con narrativas que emocionen y conecten.
Las Oportunidades en un Escenario Polarizado
A pesar de todo, el panorama también les ofrece oportunidades claras. La principal es el descontento creciente con la gestión del gobierno actual. La incertidumbre económica y la inseguridad en varias regiones son un terreno fértil para que un discurso de orden, estabilidad y confianza cale en la ciudadanía. Sus candidatos tienen la oportunidad de posicionarse como la alternativa sensata y con experiencia. Otra ventaja es su estructura. A diferencia de otros movimientos que dependen de una sola figura, el Centro Democrático tiene una base militante organizada y disciplinada. Esa maquinaria, bien aceitada, es muy poderosa en campaña. Además, la polarización, aunque peligrosa, puede beneficiarlos al consolidar el voto de derecha y atraer a indecisos de centro que buscan una oposición fuerte. La clave será presentar candidatos que, sin renunciar a sus convicciones, puedan construir puentes con otros sectores, como ya se plantea de cara a una posible gran coalición.
El Futuro Político y la Responsabilidad de los Candidatos
Al final del día, el futuro del Centro Democrático está en manos de la calidad y visión de sus líderes. Los candidatos que lleguen al Senado en 2026 no solo ocuparán una curul; serán el rostro del partido por los siguientes cuatro años. Su desempeño, su ética y su conexión con la gente definirán si la colectividad logra recuperar la confianza ciudadana. La renovación no puede ser solo de nombres; debe ser de ideas y de formas de hacer política. Tienen la oportunidad de demostrar que son más que un partido de oposición y que tienen un proyecto de país coherente. Por eso, el proceso de selección de sus candidatos es tan vital. Como señalan varios medios especializados, la reorganización de los partidos es la clave de la próxima contienda. El éxito de sus futuros senadores no se medirá en votos, sino en su capacidad de contribuir a construir una Colombia mejor.