La Clave para 2025: ¿Cómo Elige Morena a sus Futuros Candidatos?

Morena se prepara para las elecciones de 2025, y la gran pregunta es cómo elegirá a quienes buscarán gobernar estados y municipios clave. En mi experiencia, el método de las encuestas es central, pero no es tan simple como parece. Este artículo te llevará de la mano para entender el proceso interno, desde las encuestas que definen todo hasta las críticas que genera. Analizaremos los tipos de líderes que el partido busca: ¿prefieren lealtad, experiencia en gestión o carisma popular? Veremos los perfiles que tienen más posibilidades y los enormes desafíos que enfrentarán, como mantener la unidad del partido y conectar con la gente. Te ofrezco una mirada clara y sin rodeos sobre la fascinante contienda interna que definirá el futuro político de muchas regiones en México.

Un candidato de Morena sonriendo y saludando desde un templete durante un concurrido mitin político con simpatizantes.

Tabla de Contenido

El Laberinto de la Sucesión: Cómo se Elige al Abanderado de Morena

He visto cómo la maquinaria de Morena se pone en marcha cada ciclo electoral, y con la vista en los comicios de 2025, el motor ya está calentando. La pregunta que todos nos hacemos en el mundo de la política es siempre la misma: ¿cómo seleccionarán a sus figuras para las contiendas? Morena ha hecho del método de la encuesta su estandarte. La idea es simple y poderosa: que la gente decida. En teoría, esto busca dejar atrás el viejo 'dedazo', esa práctica tan arraigada en la política mexicana. El Consejo Nacional del partido establece las reglas del juego y lanza una convocatoria. Quienes aspiran a una candidatura se inscriben, demostrando, antes que nada, un compromiso total con los ideales de la 'Cuarta Transformación'.

Aquí es donde el proceso se vuelve fascinante y complejo. No se trata de una sola encuesta, sino de varias. El partido realiza su propio sondeo a través de su Comisión de Encuestas, pero para darle más certeza al proceso, se realizan otras encuestas 'espejo' por empresas externas. Estas encuestadoras son propuestas por los mismos aspirantes, lo que busca generar confianza, aunque, como he visto en muchas ocasiones, no siempre evita las controversias. Las críticas sobre la metodología o las preguntas son el pan de cada día una vez que se anuncian los resultados. Las preguntas clave suelen medir qué tan conocido es el aspirante, qué opinión se tiene de él, si se le percibe como honesto y cercano y, la más directa: si te gustaría que fuera el candidato o candidata. Es un intento por crear un perfil completo, más allá de la simple popularidad.

Para las elecciones de 2025, donde se juegan alcaldías en lugares como Veracruz o Durango, este modelo se replica a nivel local, pero con sus propias complejidades. Aquí entran en juego los liderazgos estatales, las alianzas con otros partidos como el PT y el Verde, y un sinfín de negociaciones. Además, hay un factor crucial: la paridad de género. Morena se toma muy en serio la representación equitativa, por lo que la Comisión Nacional de Elecciones puede hacer ajustes para cumplirla. Esto significa que a veces, el puntero en las encuestas puede no ser el elegido si se necesita postular a una mujer en esa contienda. Es una medida que busca justicia histórica, pero que añade otra capa de tensión al proceso. Este entramado de reglas, sondeos y acuerdos políticos es el verdadero campo de batalla donde se definirá quién representará al movimiento en 2025.

La Estructura del Partido y su Influencia Interna

Para entender de verdad de dónde sale un candidato, hay que mirar las entrañas del partido. Morena se organiza desde la base, en los Comités de Defensa de la Transformación, que son el corazón del partido en cada colonia y comunidad. De ahí surgen delegados que llegan a los Consejos Estatales y al Consejo Nacional, el órgano de 300 miembros que es la máxima autoridad del partido. Este consejo es el que valida todo el proceso de selección. Por otro lado, la Comisión Nacional de Elecciones es el brazo técnico que organiza los sondeos. En mi experiencia, he visto que hay una tensión constante y saludable entre las bases y la dirigencia. Las bases exigen que se escuche su voz, mientras que la cúpula busca perfiles que considera estratégicos. Por eso, un aspirante puede ser muy popular entre la gente, pero si no tiene el respaldo de la estructura interna del partido, su camino será cuesta arriba. Es un doble juego: necesitas los votos de la gente y el apoyo de la maquinaria.

Una imagen conceptual que ilustra el proceso de encuestas de Morena, mostrando gráficos y figuras que representan la selección de candidatos.

Perfiles Bajo la Lupa: ¿Qué se Necesita para Representar a Morena en 2025?

A lo largo de los años, he aprendido que no hay un molde único para ser candidato en Morena, pero sí hay cualidades que son indispensables. La primera, y no es negociable, es la lealtad total al proyecto de la 'Cuarta Transformación'. Un aspirante debe vivir y respirar los principios del movimiento: no mentir, no robar y no traicionar. Esto se demuestra con hechos, no solo con discursos. La militancia es muy crítica con quienes saltan de un partido a otro por conveniencia, aunque siendo realistas, el partido ha sido pragmático y ha sumado a figuras externas si garantizan un triunfo. Sin embargo, para 2025, se espera que los perfiles más fuertes vengan de casa.

Más allá de esa lealtad, identifico tres arquetipos principales que suelen tener éxito. Primero, está el que yo llamo 'el de toda la vida' o el militante histórico. Es esa persona que estuvo ahí desde el principio, caminando bajo el sol y repartiendo volantes cuando nadie creía en el proyecto. Su mayor capital es la confianza que genera y su reputación de incorruptible. Luego tenemos al 'gestor eficiente'. Se trata de funcionarios o exfuncionarios que ya han estado en el gobierno y pueden presumir de resultados. Su carta de presentación es la experiencia y la capacidad para administrar, buscando atraer a un voto más allá de la base dura. Finalmente, está el 'fenómeno popular'. Es esa figura con un carisma arrollador que conecta de forma increíble con la gente, a veces sin tener una larga carrera política. Puede venir del activismo, del deporte o del mundo académico. Su fuerza es la capacidad de movilizar masas y generar emoción.

Para el ciclo electoral de 2025, la elección del perfil dependerá mucho del contexto de cada lugar. En bastiones de Morena, quizás se opte por un militante histórico para premiar la lealtad. En zonas muy competidas, un gestor con experiencia podría ser la apuesta más segura. Y donde se necesite dar un golpe de timón, un líder social con gran popularidad podría ser la clave. Aunque las encuestas señalan un camino, la decisión final siempre tiene un componente estratégico. La dirigencia buscará no solo a quien pueda ganar, sino a quien pueda gobernar alineado con el proyecto nacional y, sobre todo, a quien pueda mantener unidas a todas las corrientes internas del partido.

La Relevancia de la Imagen Pública y la Comunicación

En la política de hoy, si no estás en redes sociales como TikTok, Facebook o X, prácticamente no existes. Un aspirante a representar a Morena debe ser un excelente comunicador, alguien capaz de traducir las ideas de la 4T a un lenguaje que la gente entienda y sienta como propio. Las redes sociales como TikTok, Facebook o X son el nuevo campo de batalla. Pero no se trata solo de publicar fotos; se trata de ser auténtico. Los votantes de hoy detectan a kilómetros a un político falso o acartonado. Los que triunfan son los que se muestran cercanos, humanos. El contar tu propia historia, tu 'storytelling' de lucha o de superación, crea una conexión emocional mucho más fuerte que cualquier cifra o dato duro. Al final del día, la gente vota por personas en las que confía, y esa confianza se construye con una comunicación honesta y una imagen pública y la comunicación coherente.

Una multitud de simpatizantes de Morena ondeando banderas del partido en un evento electoral, mostrando el apoyo popular al movimiento.

Estrategias y Desafíos en el Horizonte 2025

Una vez que Morena elige a su abanderado, empieza el verdadero trabajo. El primer gran desafío, y lo he visto en cada proceso interno, es la 'operación cicatriz'. El método de encuestas, por su naturaleza competitiva, siempre deja heridos. Es fundamental que quien gane sea generoso e incluya a los que perdieron. Un esfuerzo honesto por sumar a todos los equipos es clave para evitar fracturas o fugas que la oposición aprovechará sin dudarlo. Presentar un frente unido es la primera victoria de cualquier campaña.

El segundo reto es el desgaste natural del poder. Gobernar desgasta, es una ley de la política. La gente quiere soluciones a sus problemas de hoy: la seguridad, la economía, los servicios públicos. Quien aspire a la candidatura no solo deberá defender los logros del gobierno, sino también reconocer con humildad lo que falta por hacer y presentar un plan creíble para solucionarlo. La campaña debe ser de propuestas, mirando hacia el futuro, y no solo una defensa del pasado. Además, la oposición no se quedará de brazos cruzados. La 'guerra sucia' será intensa, y se necesita temple y transparencia para responder a los ataques sin perder el rumbo.

La estrategia de campaña debe tener dos motores. Por un lado, el trabajo a ras de suelo, que es el ADN de Morena: tocar puertas, hacer asambleas en las plazas y escuchar a la gente. Esa es la forma de mantener encendida a la base militante. Por otro lado, se necesita una comunicación más sofisticada para convencer a los indecisos y a los sectores más escépticos. Esto implica presentar un plan de gobierno claro y viable. En mi opinión, el éxito en 2025 dependerá de la habilidad para construir una coalición que vaya más allá del voto duro, presentando líderes capaces de gobernar para todos. Cada elección será una prueba de fuego para la madurez del partido. Para quien desee profundizar, los documentos oficiales del partido se encuentran en su sitio web, morena.si.

La Lucha Contra la Apatía y la Movilización del Voto

Hay un enemigo silencioso en las elecciones intermedias: la apatía. Después de la intensidad de una elección presidencial, es normal que la gente se sienta algo fatigada de la política y la participación baje. Para un partido como Morena, que depende de una alta movilización, esto es un riesgo enorme. La clave de la estrategia será, por tanto, lograr que la elección local se sienta importante y personal. El reto es conectar el gran proyecto nacional con el bache de la calle, con la luz del parque o con la seguridad de la colonia. La campaña tiene que ser vibrante, inspiradora. Hay que darle a la gente una razón poderosa para levantarse del sillón e ir a votar. La capacidad de un candidato para lograr esa conexión, para hacer que la gente sienta que su voto local tiene un impacto real en su vida diaria, será lo que finalmente separe a los ganadores de los perdedores.