Con la vista puesta en las legislativas de 2026, el Centro Democrático se juega su futuro en 2025. Desde mi experiencia, el año preelectoral es donde se definen las verdaderas batallas. En este análisis, te llevaré de la mano por los pasillos del partido para descubrir las estrategias y los rostros que podrían conformar su lista a la Cámara de Representantes. Exploraremos desde los congresistas que buscan la reelección hasta los nuevos liderazgos que emergen en las regiones. Analizaremos cómo el partido, ahora en la oposición, planea enfrentar desafíos clave como la seguridad y la economía, y el rol que jugará el expresidente Álvaro Uribe en esta contienda. Esta es una mirada profunda a la estrategia que definirá la influencia del uribismo en el próximo Congreso.

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El Tablero Político: La Ruta del Centro Democrático a 2026
El ambiente político en Colombia siempre está en movimiento, pero créanme cuando les digo que 2025 será el año en que las piezas del ajedrez para las elecciones al Congreso de 2026 se pondrán sobre la mesa. Para el Centro Democrático, este periodo es más que crucial. Al pasar a ser un partido de oposición, su meta no es solo conservar sus curules en la Cámara, sino recuperar terreno y fortalecer su voz. Por eso, la selección de sus candidatos es, sin duda, la tarea más delicada y estratégica que enfrentan. No se trata solo de llenar una lista, es la declaración de principios del partido, su capacidad para adaptarse a un país cambiante y su conexión real con la gente.
El Centro Democrático, con la figura del expresidente Álvaro Uribe Vélez como su pilar, ha sido un jugador dominante. Sus ideas sobre seguridad, inversión y Estado austero calaron hondo en una parte del país. Sin embargo, el juego ha cambiado. Han surgido nuevas voces, otras historias, y el votante de hoy es más crítico y diverso. Por eso, elegir a los aspirantes a la Cámara no puede basarse solo en la lealtad de siempre. El partido necesita gente con propuestas frescas, soluciones reales y, sobre todo, que demuestren ser buenos legisladores. La gran pregunta que se hacen dentro del partido es: ¿quiénes tienen la madera, el respaldo y la preparación para representarlos en el Congreso?
Analizar a los posibles candidatos implica entender que Colombia es un país de regiones. Lo que funciona en Antioquia puede no funcionar en la Costa o en los Llanos. He visto a muchos candidatos fracasar por no entender esto. Por ello, la dirección del partido necesita hacer un trabajo casi artesanal, identificando a los líderes que realmente pesan en cada departamento. Buscan perfiles que, además de representar los valores del uribismo, conozcan su tierra como la palma de su mano y sepan transformar las necesidades locales en leyes útiles. Los aspirantes deben ser embajadores de sus regiones con una visión de país clara y alineada con la plataforma nacional.
El proceso interno para dar los avales es otro punto clave. Un aval del Centro Democrático ha sido, históricamente, muy codiciado en la derecha, lo que genera una competencia interna intensa. Si se maneja bien, filtra a los mejores; si no, puede dejar heridas. La dirección, con Uribe como estratega principal, buscará un equilibrio. Probablemente usarán encuestas, consultas y un análisis detallado de las hojas de vida para armar una lista competitiva, que combine la experiencia de quienes buscan la reelección con la energía de caras nuevas. Congresistas actuales como Hernán Cadavid, Andrés Forero y Juan Espinal, conocidos por su oposición firme, seguramente buscarán repetir. Su visibilidad es un activo enorme, pero el verdadero reto es equilibrar esa experiencia con la necesaria renovación para atraer a votantes más jóvenes, un público que se les ha escapado últimamente. La estrategia debe ser doble: asegurar el voto fiel y, al mismo tiempo, tender puentes a votantes de centro que buscan orden y gobernabilidad.

Los Nombres que Suenan: Perfiles para la Batalla Legislativa
En los círculos políticos, la conversación sobre quiénes integrarán la lista a la Cámara por el Centro Democrático ya está en pleno apogeo. Aunque nada es oficial, si uno sabe leer los movimientos y escuchar a los líderes, puede empezar a dibujar el mapa de los posibles candidatos. Podemos ver tres grupos claros: los congresistas que van por la reelección, los líderes regionales que quieren dar el salto a Bogotá y las posibles caras nuevas que el partido necesita para refrescar su imagen.
Primero, hablemos de la 'vieja guardia', por llamarla de alguna manera. La bancada actual en la Cámara, aunque más pequeña que antes, ha sido muy ruidosa y activa. Representantes como Andrés Forero, con sus debates de control político bien documentados, y Hernán Cadavid, un defensor a ultranza de las ideas del partido, son apuestas seguras. Su trabajo de oposición les ha dado mucha visibilidad y el cariño de la militancia. Ellos son la columna vertebral de la experiencia y continuidad. Junto a ellos, figuras como Juan Felipe Corzo y Óscar Villamizar seguramente buscarán revalidar su curul. Ellos serán la base sobre la que se construirá la lista, actuando como mentores para los nuevos aspirantes.
El segundo grupo, y para mí el más interesante, es el de los líderes que vienen de las regiones. El Centro Democrático tiene sus bastiones en Antioquia, el Eje Cafetero y los Santanderes, entre otros. De allí, sin duda, saldrán varios candidatos fuertes. Pensemos en concejales, diputados o exalcaldes que ya tienen un capital político local. Su gran valor es que conocen el terreno y ya tienen votos. El reto para ellos será demostrar que su liderazgo puede brillar a nivel nacional. La elección de estos perfiles será un acto de equilibrio entre el clamor de las bases locales y la bendición de la dirección nacional. No solo buscarán votos, sino gente leal y capaz de trabajar en bloque.
Finalmente, está la búsqueda de 'sangre nueva'. Para sacudirse la imagen de ser un partido anclado en el pasado, incluir a jóvenes profesionales, empresarios o líderes sociales sin el típico recorrido político puede ser un movimiento muy inteligente. Estos candidatos podrían conectar con audiencias que hoy no consideran al partido. Imaginen a jóvenes con influencia en redes sociales o a mujeres expertas en tecnología o economía naranja. Su inclusión enviaría un mensaje de modernidad. Las juventudes del partido y su escuela de liderazgo son el semillero natural para estos talentos. En mi opinión, la apuesta del partido debe ser audaz: combinar la solidez de la experiencia con la promesa de la renovación. La lista final será el primer gran termómetro de su estrategia no solo para el Congreso, sino para las presidenciales de 2026.

Estrategia y Retos: El Manual para Ganar un Escaño
Llegar a la Cámara de Representantes es una maratón, no una carrera de 100 metros. Para los aspirantes del Centro Democrático, el camino a 2026 exige una estrategia impecable. El primer gran desafío es construir un relato de campaña que le hable al colombiano de a pie. Los pilares del partido están claros, pero deben traducirse en respuestas a las preocupaciones de hoy: la inflación que no da tregua, la inseguridad en las ciudades y la falta de oportunidades. Créanme, no es suficiente con criticar al gobierno; los candidatos deben mostrarse como una alternativa seria, con propuestas concretas y viables.
Una estrategia que nunca falla, si se hace bien, es el trabajo en el territorio. Una campaña a la Cámara se gana pueblo a pueblo. Cada candidato deberá gastar suela, recorrer su departamento, escuchar a la gente y construir confianza. El 'diálogo popular', tan mencionado por el partido, debe ser una práctica real. Esto significa reuniones en veredas, encuentros con gremios y debates en universidades. Aquellos aspirantes que logren consolidar una base local sólida tendrán una ventaja enorme.
Otro pilar fundamental hoy en día es la comunicación digital. La batalla por la opinión pública se libra en las redes sociales. El partido y sus candidatos necesitan una estrategia digital inteligente para difundir su mensaje, movilizar a sus seguidores y, muy importante, combatir la desinformación. No se trata solo de tener perfiles activos en X, Instagram o TikTok, sino de crear contenido de valor que conecte emocionalmente con los votantes. Un candidato hoy debe ser un buen comunicador, capaz de explicar temas complejos de forma sencilla frente a una cámara. La rapidez para responder a ataques y noticias falsas será vital.
La figura del expresidente Álvaro Uribe seguirá siendo un factor decisivo. Su influencia es el mayor activo del partido, pero también su mayor punto de polarización. La estrategia debe ser usar su liderazgo para movilizar al voto fiel y guiar a los candidatos, pero sin que su sombra impida que brillen los nuevos liderazgos. La campaña debe demostrar que el partido es más que un solo hombre. La cohesión interna será la clave de todo. Ante los ataques y la presión, la unidad es la mejor defensa. Si logran presentar un frente unido, superando las diferencias internas, tendrán mucho ganado. Para quienes deseen profundizar en los fundamentos del partido, su sitio web oficial es una fuente directa. En resumen, la ruta a la Cámara en 2026 es un desafío que empieza ahora. Requiere candidatos preparados, estrategias afiladas y una ejecución perfecta para demostrar que pueden ser una opción de poder renovada para Colombia.